Édgar Muñoz Torres y ahora con el apoyo de Germán Calderón Calderón desde Secretaría de Gobierno, ejercen constreñimiento.
No es solamente de Pitalito, ocurre en Colombia a lo largo y ancho de la geografía nacional, pero el caso de la segunda ciudad del Huila es prominente, puesto que han asesinado a dos trabajadores del oficio.
"El silencio se busca con amenazas, la física, claro está, cada día más presente en Colombia y que se ejerce sin que nadie sea castigado, y también está la presión económica que tiene la osadía de buscar el silencio del periodista pagándole; también hay otras amenazas económicas a través de las presiones financieras o publicitarias": manifiesta en un audiovisual publicado por Señal Memoria hace pocos días tras su fallecimiento el periodista y abogado Mauricio Gómez cuando trabajaba en el Noticiero de las 7.
El abogado Germán Calderón Calderón, exalcalde del municipio de Pitalito, recientemente nombrado secretario de Gobierno en la administración de Édgar Muñoz Torres y quien le ayudó a escribir su Plan de Desarrollo "Pitalito Región Que Vive", hace su tarea de manera juiciosa, pero no la de contrarrestar el delito y organizar la ciudad con sus problemáticas de invasión del espacio público, excesivo ruido de establecimientos nocturnos, falta de gobernanza y gobernabilidad.
No, lo hace vulnerando los derechos fundamentales a la libre expresión, opinión cuando regaña públicamente en transmisiones vía Facebook de la propia Alcaldía de Pitalito a reporteras y reporteros que le preguntan lo que no van jamás a contestar y es lo que la gente de Pitalito se pregunta en las calles…
Todo esto luego del escándalo de la sesión de 2020 (del servicio de aseo a un particular, es decir, privatización sin autorización del Concejo Municipal y sin diálogo social, y sin pronunciamiento alguno de la Personería).
Además, la revocatoria del mandato que está detenida por cuenta de "fuerzas oscuras" para no permitirle a los laboyanos ir a las urnas a decidir si debe o no continuar esta administración municipal que para algunos es nefasta y marrullera, y para otros (contratistas y herederos políticos de las clases tradicionales) muy buena.
Hace 20 años Calderón Calderón siendo alcalde logró negociar con una emisora local comercial la salida de este servidor, luego de visibilizar denuncia del concejal Germán Gonzalo Díaz por presunto hecho de corrupción en su administración. Hoy, luego de denunciar otro atropello con una reportera del mismo medio, nos comunican que ya lo había hecho en la pasada con otros periodistas (en la Alcaldía de Miguel Antonio Rico).
En los últimos días, enseguida de nosotros salir en defensa de esa comunicadora por el presunto abuso de Calderón siendo alcalde encargado, el señor Muñoz Torres también utiliza presiones para intentar sacarnos de la escena local, para que no ejerzamos este noble y peligroso oficio.
¡Dios tendrá misericordia de nosotros, porque ni organizaciones defensoras de DDHH, ni de comunicadores y periodistas se pronunciaron al respecto!
Parece que el miedo los ronda o los negocios con el Estado municipal los amordaza.
