Adiós a los niños del siglo XXI. Ni pensión, ni herencia, ni tierra, ni cielo: es el título de la exposición de Vicky Neumann en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
La exposición es una explosión de imágenes. Es una denuncia y la artista sigue sus fuentes del grupo alemán Cobra, o norteamericanos como Rauschenberg, de Koonig o Cy Twombly. Artistas que salieron del arte abstracto a un mundo más expresivo donde importa el gesto, la mancha, los ritmos, segmentos de color, yuxtaponen imágenes. Y el caos es parte de su relato.
La verdad desnuda es la muerte, la verdad velada es la vida. Esa es la propuesta estética de las instalaciones pictóricas de Vicky Neumann. Nada tiene principio ni final porque Neumann se sale de cualquier formato. No le importan los errores. Porque no le interesa la construcción sino los saltos de la ruta visual que parece interminable. Más la historia de los materiales reciclados que recoge.
Todo se une en su preocupación por los conflictos que vivimos: el mundo en guerra donde existe la posibilidad de una retaliación nuclear o los afanes de la crisis del medio ambiente con los cambios climáticos o las consecuencias del consumo, y la peste del siglo XXI, la artista recoge pedazos sueltos para que todo sea parte de una metáfora. Y, cuando las cosas no tienen nombre, la metáfora acaba siendo una siniestra conformidad. Eso se llama individualismo, que predomina por su cómoda situación económica y su descarado consumo. Y, nos quedamos solos mientras el planeta se muere.
Mientras tanto, en su propia realidad, la violencia en Colombia no tiene paz porque son muchos los factores que alteran el conflicto. Los desplazados corren sin destino más allá de la pobreza y la miseria. La guerra entre los agentes armados, legales e ilegales tienen sus propios intereses en Arauca, en Chocó o Putumayo por no nombrar cada rincón del país.
Todos, abandonados a su suerte, muchos viven la vida con miedo permanente y nadie merece esa desgracia.
Este es el comienzo de una ventana desde donde se asoma la pintura de Vicky Neumann. Donde su proceso creativo en fragmentos y su miedo auténtico por el futuro que plasma en su obra que, no responde a ningún acto conforme. Pero sí deja con una riqueza visual increíble.
La artista reta en su proceso de creación donde cabe hasta el deshecho que desentierra para crear en sus enormes collages con todas las técnicas posibles. También es irreverente con los supuestos modos convencionales para abstracción como para la figuración. Abandona el cómodo y comercial formato y las intenciones de lo limpio o lo despejado para dejar una realidad transparente que cambia por la continuidad de su espíritu.
