Poco antes de la medianoche del miércoles, la policía indicó que los cuatro sospechosos eran administradores del "Fondo de Ayuda Humanitaria 612", ahora disuelto, creado para apoyar económicamente en sus trámites legales y médicos a los activistas detenidos durante las grandes manifestaciones del verano de 2019. Un nombre muy simbólico, ya que es sinónimo del 12 de junio, el primer incidente violento durante las marchas de protesta de ese año.
Aunque los cuatro quedaron en libertad bajo fianza, las autoridades confiscaron sus pasaportes. Entre los acusados está el cardenal Zen, antiguo obispo de Hong Kong, conocido por sus diatribas contra el Partido Comunista Chino durante las protestas contra la ley antisubversiva de 2003. "Frente al gobierno chino, uno siempre debe atreverse a decir la verdad, sin importar los vientos en contra. Porque los que dicen que un sacerdote debe limitarse a rezar no han entendido nada de lo que es la Iglesia", dijo con motivo de su nombramiento como cardenal a mediados de la década de 2000. Sin embargo, durante los dos últimos años, el cardenal Zen, uno de los clérigos católicos más destacados de Asia y administrador del Fondo de Ayuda Humanitaria 612, ha mantenido un perfil bajo.
“Su prestigio es muy fuerte entre los católicos. No obstante, la Iglesia católica de Hong Kong ha mantenido cierta distancia con el poder, ya sea el británico o el chino, desde 1997. El cardenal Zen encarnó este tipo de voluntad de defender los derechos humanos y la imagen de la dignidad humana”, explica Michel Bonnin, investigador sobre China y director de estudios de la EHESS (La Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París)
La estrella del Canto-pop y activista de los derechos LGBT, Denise Ho, también se encuentra entre las figuras pro-democráticas detenidas. En julio de 2019, había ido a defender el caso de Hong Kong ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, algo que enfureció a Pekín. La abogada Margaret Ng y el académico Hui Po-keung también fueron detenidos, este último cuando estaba a punto de partir hacia Europa, donde había obtenido un puesto académico.
Más de 180 detenidos
El cardenal Joseph Zen y los otros tres se suman a los más de 180 hongkoneses detenidos en virtud de la amplia ley de seguridad nacional de Pekín en junio de 2020. Los individuos acusados no suelen quedar en libertad bajo fianza y pueden ser condenados a cadena perpetua.
Para el investigador Michel Bonnin, estas nuevas detenciones son un signo de endurecimiento de la política de seguridad en la antigua colonia británica. Una represión que, obviamente, aplicará el nuevo director general John Lee, que tomará posesión de su cargo el 1 de julio.
“Se ha tomado la decisión de ir hasta el final con la represión, de continuar con una política de terror y venganza contra los demócratas. El hecho de que este sea el momento de detener a los responsables, incluido alguien tan famoso y respetado como el cardenal Zen, significa que el gobierno chino ve una oportunidad”, opina.