La extradición a los Estados Unidos de alias Otoniel dejo un sinsabor para sus víctimas, pues consideran que fue muy poco lo que le alcanzó a contar a la justicia sobre sus vínculos con militares, políticos y empresarios que estaban en la nómina del Clan del Golfo, sobre todo en el Urabá antioqueño y chocoano donde se movía como pez en el agua.
Gerardo Vega, quien durante años se ha dedicado a investigar el despojo de tierras y a representar a las víctimas del paramilitarismo, sostiene que no se sabrá quién estaba detrás del escritorio dando las órdenes para que los criminales asesinaran y atemorizaran campesinos.