El día de ayer el Congreso de Colombia aprobó el tercero de cuatro debates necesarios para que pase por el legislativo un proyecto de ley que busca honrar la memoria del escritor fallecido, Gabriel García Márquez, a través de la impresión del rostro del Nobel en billetes o monedas del país. Algo que no quiero que llegue a ser una realidad. Todo por la solemne admiración que siento por el genio que no pudo, al menos, morir en nuestro suelo.
Y es que razones hay muchas por las cuales mi oposición a la propuesta del senador ponente del proyecto, Antenor Durán, es seria y sólida. A continuación haré una exposición de las tres principales.
1. La ideología de Gabo: Para nadie es un secreto que García Márquez tuvo una concepción del mundo político y económico ligada al comunismo. No en vano fue, prácticamente, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Vivió en la Unión Soviética, un país que fue el abanderado del comunismo en el mundo. Es odiado por los cubanos exiliados que, en 1959, lo hicieron pasar meses complicados durante su vida en Nueva York. En Colombia varios gobiernos seguramente siempre lo tuvieron claro: Gabo era comunista. Por eso sería una estupidez utilizar su rostro sobre la representación más clara de todo lo que, claramente, odiaba: el capitalismo. Su gran amigo, por eso, era Fidel Castro y no algún miembro de la familia Rockefeller.
2. El exilio al que lo obligó Colombia: Al creador del realismo mágico, de igual forma que a los más de 6 millones de colombianos que vivimos en el exterior, Colombia se encargó de cerrarle sus puertas. Tanto fue así con García Márquez que basta con ver dónde falleció. Si Colombia quería tanto a Gabo, como dicen esos hipócritas que jamás leyeron una de sus obras íntegramente, creo que le podría haber brindado la posibilidad de, al menos, pasar sus últimos años de vida en un pequeño pueblo del Magdalena. Pero no fue así. Gabo tuvo que vivir fuera del país desde 1955. De hecho toda la literatura que después hizo que sonara el himno de nuestro país en Estocolmo, cuando Gabo recibió el Nobel de Literatura que tanto orgullo nos hace sentir, fue escrita a miles de kilómetros de distancia de Colombia. Turbay, el ex presidente, le cerró las puertas y además lo acusó de guerrillero. Colombia lo obligó a vivir afuera durante décadas.
3. El personaje que nos debe representar en ese billete debe ser Uribe: Una persona que sí cumple con todas las características del colombiano promedio es nuestro expresidente Álvaro Uribe Vélez. Él es grosero, inculto, mediocre y raya en la ilegalidad como la mayoría del pueblo colombiano. A él Colombia no lo ha sacado del país; por el contrario, lo llevó al Senado hace apenas unos meses. Él no es comunista como el autor de Cien Años de Soledad. Uribe ama el dinero, por eso él sí se sentirá orgulloso de aparecer en un papel que tenga tal poder comercial.
En definitiva, le pido un enorme favor a los habitantes del castillo de Alí Baba criollo: a Gabo no me le vayan a hacer ese mal, por favor. No quiero que la próxima mermelada se pague con billetes donde las fotos del colombiano más brillante del siglo XX aparezca. No quiero que a nadie lo asesinen por tener un Gabo en la mano, por tener a un Uribe sí.
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#DESPIERTACOLOMBIA.
