El uso de la mentira, llamada también posverdad no es nada nuevo, los medios noticiosos se han vuelto ligeros con la verificación de las fuentes, y de cierta manera los comunicadores se han hecho menos rigurosos con sus investigaciones, incluso la audiencia se ha hecho complaciente y suele hacer eco de algunas noticias falsas.
Aun así, es sorprendente encontrar un artículo de prensa con un título tendencioso basado en una mala interpretación de la información en uno de los diarios económicos más importantes del país, como el Diario al República.
De hecho, en la edición del 27 de abril con el sonoro título Desigualdad creció en 2021 y Pereira fue la ciudad en donde más aumentó la brecha escrito por la Comunicadora María Camila Pérez Godoy, un título que sin duda llamara la atención y despierta indignación, sobre todo en quienes no conocen la limitada eficiencia del Gini para distinguir entre una sociedad con alto y generalizado bienestar, y, otra que pueda tener un valor Gini igual, pero reflejar una generalizada pobreza.
Sin embargo, lo desalentador fue encontrar que en realidad el título y las conclusiones del artículo se originaron a partir de una confusión en la interpretación de la metodología del Gini.
El periódico acompañó la nota con un recuadro estadístico que mostraba las 13 ciudades principales con sus indicadores Gini para 2020 y 2021, y una anotación metodológica que ilustraba que el indicador tendería a 0 con mayor desigualdad o a 1 si expresaba mayor igualdad. Precisamente, es eso último se equivocaron. Cuando el Gini tiende a 0 significa menor desigualdad y cuando el Gini tiende a 1 presenta mayor desigualdad.
Si bien, el error en la lectura metodológica del indicador llevó a una conclusión errada, y por tanto a todo un desarrollo informativo equivocado, del cual se puede exculpar a María Camila Pérez, quien a pesar de su experiencia comunicativa en medios económicos como la República y Portafolio, no tiene una formación como Estadística o Economista para estar familiarizada con el indicador.
Pero ese artículo sí debió ser aprobado por una junta editorial, una donde sin duda, debe haber personal con la experiencia y formación para ajustar ese contenido.
En realidad, el Gini presentado por el Dane muestra que la desigualdad de ingresos en 2021 respecto a 2020 mejoró en las 13 ciudades principales, que Pereira es en realidad la ciudad con menor disparidad de ingresos de sus habitantes, pues tiene un Gini de 0,426 en 2021 mientras tenía un Gini de 0,466 en 2020.
Que, de hecho, la ciudad donde mejoró la distribución de ingresos con mayor intensidad fue Cúcuta que pasó de un Gini en 2020 del 0,522 a un Gini en el 2021 del 0,462. Incluso, que la ciudad donde menos cambio ese indicador fue en Manizales donde en 2020 el Gini daba un 0,483 y en 2021 un 0,479. En realidad, el Dane mostró una información de cierta manera optimista sobre la evolución distribución de ingresos en el país, al menos, para quienes se indignan con la desigualdad.
Sin embargo, el Gini tiene un grave problema para diferenciar si las medidas de igualdad relativa se deben a una generalizada pobreza o por el contrario a un generalizado bienestar.
Incluso puede ocurrir que el indicador se deteriore en situaciones donde la desigualdad entre un decil superior de ingresos respecto al decil inferior aumente, aunque en términos absolutos se vieran mejorados los ingresos de todos los demás deciles de ingreso entre ambas poblaciones. En otros casos, un generalizado empobrecimiento de los deciles arriba del decil más bajo de la distribución puede traducirse en un apuntalamiento del indicador hacia el valor cero.
De hecho, a nivel internacional se puede encontrar el caso de Moldavia uno de los países con menor desigualdad de ingresos con un indicador de 0,26 justo entre Emiratos Árabes (0,26) y Bélgica (0,25), aunque el ingreso per cápita de Moldavia sea de 4551 dólares, aunque el ingreso per cápita de Bélgica sea de 44600 dólares y el de Emiratos Árabes unos 43100 dólares.
Moldavia es el país más pobre de Europa, de hecho, su ingreso per cápita es casi la mitad del ingreso per cápita de Sudamérica, esta última la región más desigual del mundo con un Gini de 0,52.
