Los peatones del abarrotado centro de Caracas que día a día pasan por la Avenida Vollmer no podían creer que el rumor fuera cierto. Después de catorce años, el enorme Centro Comercial Sambil La Candelaria, regresaba a sus dueños, la familia del constructor del venezolano Alfredo Cohen. Esta vez la decisión la tomó Nicolás Maduro.
Catorce años atrás, el presidente Hugo Chávez, cuando estaba en la cumbre de su poder en el 2008, había ordenado la expropiación de la imponente en edificación, incluso antes de su inauguración. Lo decidió sin mayores argumentos. Trancó la puerta y sentenció: “en esa zona de La Candelaria, donde no cabe un alma, no pueden levantar un Sambil. Eso va a colapsar en el centro de Caracas”. Su idea era convertirlo en una clínica o una universidad, pero el Sambil no fue ni lo uno ni lo otro, sus estructuras no aguantaban.
Abandonado y deteriorado en sus varios usos de albergue de refugiados, depósito de materiales de construcción, comercio socialista, y varios más, la Comisión legislativa de Diálogo, Paz y Reconciliación Nacional, que dominan los diputados chavistas y opositores moderados aceptaron la devolución tras largas e intensas gestiones de sus dueños iniciales.
Chávez trancó la inauguracón del Sambil Candelaria, ahora está en remodelación
La Constructora Sambil es propiedad de la familia Cohen, venezolanos de origen judío, que no se fueron en la desbandada de empresarios entre la ola de las nacionalizaciones chavistas. Su nombre es muy conocido en Venezuela porque está asociado a la construcción de enormes centros comerciales y de entretenimiento desde 1998 cuando inauguraron el primer Sambil en el Chacao de Caracas. De allí en adelante siguieron ciudades como Maracaibo, Valencia, Barquisimeto y San Cristóbal,, muy frecuentado por miles de cucuteños que le hacían viaje por la oferta y el precio de los productos. La expansión se internacionalizó en Curaçao, República Dominicana y España, en Madrid.
Alfredo Cohen, ingeniero civil, es el quinto entre seis hermanos, su padre Salomón Cohen Levy, llegó a Venezuela en 1930 desde Jerusalén antes de cumplir los 4 años. En ese país, al que nunca ha callado sus agradecimientos, hizo su familia y su fortuna. Fue parte del proyecto de Banco Obrero para vivienda popular, los célebres Bloques del 23 de enero, que dejó en 1958 para fundar su propia Constructora Sambil a la que el joven Alfredo se sumó tan pronto se graduó en la Universidad Metropolitana de Caracas.
Alfredo Cohen, al frente del grupo Sambil de su familia, entre los más influyentes de AL según Bloomberg
El año pasado, como codirector general de Grupo Sambil, Alfredo Cohen figuró en la lista de Bloomberg de las 500 personas más influyentes de América Latina, por su importancia en el sector inmobiliario al que ha aportado cientos de edificios residenciales, 14 centros comerciales y siete hoteles. Cuando conoció la noticia de la devolución, tuiteó: “Tengo una enorme emoción. Puedo decir que las instalaciones están en buenas condiciones. Hay pocas cosas dañadas. Nos preparamos desde ya para trabajar con nuestros comerciantes y contratistas para tener este lugar abierto que va a generar más de 3.500 empleos”. A los vecinos se les avisó que el Sambil La Candelaria debe estar en operaciones en noviembre de este año. Se está trabajando sin pausa, hasta en Semana Santa.
El centro comercial de los Cohen no parece ser el único inmueble que Maduro ha devuelto y devolverá. En la lista hay muchos más, desde fincas hasta hoteles, expropiados por Hugo Chávez entre el 2006 y el 2010, hechos que anunciaba en su programa Aló Presidente, y que continuaron hasta después de fallecido el comandante en 2013, a tal punto que Transparencia Venezuela contabilizaba 505 empresas en poder del estado en el 2017. Nicolás Maduro parece decidido a revertir ese proceso dentro de lo que parece una nueva estrategia.
Ese giro de Maduro se ha hecho visible en los últimos meses: ha hablado con los enviados de Biden, ha dado señales de darle licencia a la Chevron para que amplíe su operación venezolana, ha liberado dos de “los seis de Citgo” encarcelados, y ha mostrado voluntad política de reanudar negociaciones con la oposición.
Nicolás Maduro está dando un giro que se siente en el aparato político y la economía
Los cambios recientes tienen antecedentes. Con discreción ha dado continuidad a la devolución de los bienes nacionalizados, está traspasando empresas clave a inversionistas privados, ofreciendo ganancia a cambio de una participación en ingresos o productos, dentro de las llamadas alianzas estratégicas que comenzaron a formarse silenciosamente en 2017, al estilo de las privatizaciones de Rusia. Para la muestra 13 empresas de alimentos que ahora administran los privados, según Reuters, aunque la propiedad es del Estado. El gobierno ahora permite que fluyan las remesas en dólares y retoñe la empresa privada.
El aparato socialista también ha cambiado de cara. Políticos más jóvenes, sin chaquetas cortavientos de bandera venezolana fueron promovidos por Maduro, 59 años, luego de marginar a los camaradas septuagenarios de Hugo Chávez. The New York Times señalaba recientemente a Delcy Rodríguez, 52, que con guante de hierro maneja la economía, vivió en Francia y en Estados Unidos, Félix Plasencia ministro de Relaciones Exteriores, tiene maestría de Oxford, y el director del banco central, Calixto Ortega 38, es graduado de la Universidad de Rice, en Houston. Entre los gobernadores sobran los ejemplos.
La vieja guardia ha cedido terreno. Argenis Chávez, hermano de Hugo Chávez, perdió sin contemplaciones en el estado de Barinas, cuando se postuló como gobernador, los otros cercanos al difunto presidente no tuvieron mejor suerte. Diosdado Cabello simplemente se mantiene anclado a su programa de televisión Con el mazo dando.
Delcy Rodríguez y su hermano Jorge, con el equipo económico borraron de tajo medidas económicas de la era Chávez
Delcy Rodríguez, con su equipo económico, ha puesto su impronta: borró de un tajo medidas de la era Chávez como los controles de precios y cambio de divisas, el dólar volvió a circular y el sector privado tuvo un respiro entre las regulaciones. Los resultados a la vista son estanterías con productos, bodeguitas con importados, y una nueva sensación de bienestar en almacenes y restaurantes. Que han disminuido las protestas y hecho mella en la oposición. A Maduro podrían ayudar a subir la favorabilidad de cara a las elecciones del 2023 porque según sondeos recientes apenas ronda el 20%, según el director de la firma consultora Datanálisis, José Antonio Gil Yépez.
Los líderes empresariales ya no tiemblan ante el anuncio de expropiaciones, antes bien acaban de mandar una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con académicos y sector social pidiendo la reactivación de las negociaciones nacionales para “atender la crisis humanitaria, estabilizar el mercado petrolero y evitar la desoccidentalización del país”.
La economía creció el año pasado por primera vez en ocho años, y se prevé que este 2022 también lo haga, la hiperinflación ha bajado, y la producción de petróleo ha tenido un cierto repunte. Maduro cada vez más le teme menos a la oposición.
En este punto y hora los analistas coinciden en que está logrando anclarse al poder, y lo que está intentando es, como el ave Fénix, resucitar la desvencijada economía.