En algunos sectores de la clase política, al igual que en las peores bandas criminales, es común que cuando ya no les sirves para alcanzar sus objetivos niegan haberte conocido, te persiguen, te desacreditan y se van con toda en tu contra cobrándote los favores recibidos y finalmente te acorralan hasta quitarte del camino y asegurarse tu silencio. Justo esto es lo que está viviendo el actual registrador Alexánder Vega.
Mientras los medios afines al poder nos tienen entretenidos con el tema de “el perdón social” con la visita del hermano de Gustavo Petro a la Picota, haciendo creer que se están negociando votos por pago de deudas con la justicia, se supo que hace unos días la Procuraduría General de la Nación, a cargo de Margarita Cabello, de la entraña del Centro Democrático, le abrió investigación disciplinaria al registrador Alexánder Vega por las irregularidades ocurridas en las elecciones del 13 de marzo.
Esto pasa justo en el momento en el que el uribismo está solicitando un registrador ad hoc apoyados por sus amigos, como el presidente del senado Juan Diego Gómez, del Partido Conservador, cuya bancada recién electa ya se encuentra en la campaña de Federico Gutiérrez afín al expresidente Álvaro Uribe para ser la continuidad del hoy tristemente célebre presidente Iván Duque.
Se pregunta uno, ¿es esta una estrategia del partido de gobierno para no ver afectados sus intereses en la contienda electoral del 29 de mayo?
Lo cierto es que cuando Gustavo Petro alertó en infinidad de ocasiones lo que podría ocurrir en las elecciones nadie lo tomó en serio, pero hoy vemos que tenía toda la razón y esto le sirvió para armar un robusto equipo de testigos electorales y abogados con acceso a aplicaciones tecnológicas que les generaban alertas en tiempo real, con lo que finalmente recuperaron los votos no contados en el preconteo y que luego aparecieron en el escrutinio.
El fuego amigo contra el registrador Vega viene directamente del expresidente Uribe, quien desde sus redes sociales y reuniones privadas ha impulsado el descredito del funcionario, ha sembrado la duda respecto a la imparcialidad de Vega y lo que es más grave aún, ha puesto en entredicho a una de las pocas entidades que funcionaba más o menos bien y con resultados casi inmediatos a la hora de conocer a los vencedores de las contiendas electorales.
Pero otra cosa es que Uribe diga que “no está clara la legitimidad del nuevo congreso y que las elecciones a presidencia no deben llevarse a cabo hasta que se resuelva de fondo el problema de la elección de marzo”. Lo que no dice Uribe es que eso ya se resolvió y para eso están los diferentes mecanismos que él tanto defendió cuando fue el hombre fuerte de la política electoral colombiana, que se hacía elegir y que puso presidentes por 20 años seguidos.
Si bien sabemos que lo del registrador Vega ha sido un desastre total, que su elección nunca debió pasar, pues se ha dicho que el proceso estuvo viciado desde el inicio, en donde se cambiaron las cargas de la calificación otorgando menor valor a la trayectoria (con la que no cumplía Vega) y se le dio mayor valor a la entrevista final hecha por magistrados conocidos suyos de vieja data y de los que se dice recibieron sendos regalos. Y por arte de magia Alexánder Vega ganó y se quedó con el puesto.
Es que Vega es uno de los mayores lobistas de la política colombiana, un buen relacionista público con amigos desde alcaldías hasta expresidentes como César Gaviria, a quien también le hizo “regalitos” como aquella estatua del guerrero de terracota que tienen el director del venido a menos partido liberal en su casa, pasando por su amistad con los magistrados a los que les pagaba serenatas y viajes y quienes finalmente terminaron eligiéndolo.
Asimismo, es otro de los amigos del presidente Iván Duque quien incluso lo ha condecorado en dos ocasiones como “mejor servidor público de su gobierno”.
Alexánder Vega es un tipo soberbio y egocéntrico, quien llegó a la Registraduría celebrando con parranda vallenata a bordo con el cantante Silvestre Dangond, es un funcionario que no concede entrevistas y solo se limita a enviar comunicados. La única rueda de prensa de amplia duración fue la que le tocó dar ante el descalabro en las elecciones, donde se le vio ojeroso y cabizbajo tratando de salvar su maltrecha reputación.
Aun así, y con todo este mar de irregularidades, ¿por qué el uribismo pretende sacar del camino a su examigo registrador antes de que llegue la elección presidencial? ¿Será porque ahora es un estorbo en su carrera por mantener el poder?
Ahora se cambiaron los papeles, ya que es la oposición la que está por la vía de mantener al registrador en sus funciones. Por ejemplo, el candidato del Pacto Histórico Gustavo Petro ha dicho que “se evitó el fraude y es necesario blindar a la registraduría para que no haya mayores irregularidades”. Y, por su parte, Roy Barreras ha dicho que “esa colectividad no se va a sumar al linchamiento mediático del registrador como lo quiere hacer el Centro Democrático en cabeza del expresidente Uribe”.
Entonces, ¿por qué se invirtieron los papeles? La respuesta es simple, ante las avasallantes pruebas recaudadas por los partidos de oposición en el proceso de preconteo el registrador Vega actuó como garante, dando al menos la posibilidad de revisar aplicando la norma que a la postre terminó en el escrutinio que finalmente le permitió al Pacto Histórico pasar de 16 a 20 curules en el Senado de la República, convirtiéndose en la primera fuerza política del país con la mayor elección de senadores en la historia de Colombia, y eso es lo que tiene molestos al uribismo, al candidato del partido Salvación Nacional del ultra godo Enrique Gómez y al Partido Conservador, siendo el partido de Uribe el que sufrió la mayor pérdida de curules en esta elección, pasando de ser la primera fuerza política a estar relegado a un quinto puesto con solo 13 senadores.
Todo indica que si se presenta una segunda vuelta en las elecciones de presidencia, en la que virtualmente estarían Gustavo Petro y el candidato del continuismo de Iván Duque (aunque lo quieran negar), Federico Gutiérrez, el que dice Uribe, este sería un escenario bastante complejo y con fuertes reclamaciones de cualquiera de las partes recordándonos los eventos históricos de violencia, desórdenes y represión por un posible estallido social al conocerse el resultado electoral si el proceso no es lo suficientemente transparente.
Van a hacer hasta lo imposible para nombrar un registrador ad hoc y llevar a alguien que les garantice el resultado esperado, quieren poner en ese cargo a un amigo del partido de gobierno que les de la confianza para mantener la presidencia y quieren hacerlo cuanto antes aceitando las maquinarias, ya no les basta con tener de su lado a la fiscalía, la procuraduría, la contraloría y a la defensoría del pueblo que hace todo menos defender al pueblo para seguir gobernando a base de “jugaditas”.
Ahora que el registrador Alexánder Vega no les sirve para alcanzar sus fines políticos buscan sacarlo de la contienda y poner a alguien más afín y que sepa como jugar su juego sin detenerse a aplicar las mismas reglas para todos. Ya lo habían advertido, se llegó el día y están desesperados “ojo con el 2022”.
@Nevil_22