Pese a haber bajado cuatro puntos porcentuales respecto a febrero, Marcos lidera con holgura las encuestas, mientras que su principal rival, Leni Robredo, subió 9 puntos porcentuales hasta el 24 por ciento, seguida de Isko Moreno (8 por ciento) y Manny Pacquiao (6 por ciento).
La posible victoria de Marcos, que forma pareja electoral con Sara Duterte-Carpio, hija del actual presidente Rodrigo Duterte, crea inquietud entre las víctimas de los represaliados bajo el régimen de su padre, acusado de torturas y de saquear las arcas del Estado.
Unas 3.257 personas fueron víctimas de asesinatos extrajudiciales y unas 35.000 fueron torturadas, según Amnistía Internacional, durante la Ley Marcial impuesta por Marcos padre entre 1972 y 1986. "Bongbong" Marcos ha reconocido abusos contra los derechos humanos durante aquellos años, pero los ha minimizado y ha descrito la época como de prosperidad y modernización para el país.
Tras un Duterte, ¿un Marcos?
May Rodriguez, actual directora de la Fundación Bantayog, que trabaja con víctimas de la dictadura de Marcos, fue encarcelada durante un año, en el que reconoce que sufrió abusos sexuales durante su encierro.
"No le hace falta imponer una dictadura militar (…), va a heredar una policía que tiene cuotas para matar”, denuncia May, quien opina que usará seguramente ese aparato represor para silenciar las fuertes protestas que vaticina si los Marcos vuelven al poder.
En un comunicado, Amnistía Internacional expresó hoy la esperanza de que las elecciones supongan un cambio frente a los abusos de los derechos humanos cometidos durante el mandato de Duterte, que llegó al poder en 2016.
En particular, Duterte es acusado de la sangrienta guerra contra las drogas, en la que miles de personas han muerto en operaciones policiales y también en supuestas ejecuciones extrajudiciales, según las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Amnistía Internacional indicó que, además, activistas, defensores de los derechos humanos, abogados y líderes sindicales e indígenas han sido acosados, torturados y hasta asesinados durante estos años.
Con una poderosa maquinaria propagandística en las redes sociales, Marcos hijo ha conseguido un gran apoyo popular a pesar de los abusos de su padre, que entre 1965 y 1986 expolió unos 10.000 millones de dólares del erario público. Y a pesar del temor de los represaliados por oponerse a la dictadura de su padre.
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