Dos aspectos históricos totalmente opuestos, pero de características similares entre sí. Entonces iniciemos con: “Lo que Uribe es a Pastrana” para ir desenredando la madeja.
A pesar de las críticas justificadas que le llovieron a Pastrana con el fracaso del Cagüan, yo me atrevo a darle algunos beneficios, pero, de esto no haremos referencia, solo la salvedad, para no satanizar a Pastrana del todo y a pesar de que Uribe hizo su campaña parado en el fracaso de Pastrana, no fue Pastrana quien parió el uribismo, sino la rampante estupidez y locura criminal de las Farc.
Para 2002, curiosamente hace 20 años, TODOS, y me incluyo, estábamos mamados del tránsito de la violencia en Colombia, por esto, propuestas de paz como la de Belisario y Pastrana tuvieron el eco que los llevó a la presidencia. Ninguno de estos dos habría llegado sin el motivo Farc a la presidencia.
El fracaso del Cagüan dejaba una herida profunda en el corazón de los colombianos, un rastro de muerte y crueldad, quizás comparable con la guerra política de las décadas del cuarenta y cincuenta, solo que esta vez asomaba a través de la modernidad de las comunicaciones a un país espectador de la barbarie.
Los colombianos sentimos la respuesta de las Farc al deseo de paz como la más inhumana muestra de todo salvajismo, al ser el pueblo el agredido, secuestrado y asesinado impunemente de parte de quienes decían estar alzados en la lucha por su defensa.
La estupidez de las Farc se encargó por los siguientes 12 años de ser los jefes de campaña de Uribe. Colombia ya no votaba por la reconciliación, sino por la guerra sin cuartel.
Hoy sucede algo parecido, aunque en diferentes aspectos. Petro se para sobre Duque-Uribe. La intensa actividad proselitista de Uribe durante los ocho años de Santos lo fueron desgastando en imagen. La aparición de los crímenes de Estado de los que tiene responsabilidad, al menos política, fueron calando en la incredulidad de quienes como en Alemania se negaban a admitir el horror de los nazis.
Pero solo hasta este cuatrienio el pueblo asesinado en las calles, mutilado, gaseado, pateado, desesperado, sumido en el hambre y la pobreza, interpreta al uribismo como su agresor, de la misma forma que en tiempos del Cagüan interpretó a las Farc.
Son los jóvenes los directamente afectados, y son ellos tradicionalmente la franja más amplia de la abstención. ¿Se levantarán en las urnas este 2022 de la misma forma que lo hicieron en el 2002?
Uribe se presenta a su primera legislatura como disidente del bipartidismo. Luego es el pueblo atropellado quien responde a su discurso poniéndolo en la presidencia en primera vuelta, a pesar de las maquinarias bipartidistas para el momento.
En conclusión: Petro es a Uribe, porque Uribe se encargó de nombrar un director de campaña para Petro llamado Iván Duque.