Un millón de dólares, 3.700 millones de pesos, le alcanzaron a pagar al ídolo vallenato por un concierto privado de 5 horas. Una suma que ningún cantante colombiano, ni 8 años después de su muerte, ha logrado igualar. Diomedes Díaz amasó una gran fortuna de la que hoy ya nada queda, nunca le gustó ahorrar, era desprendido de lo material y la plata que caía en sus manos la gastaba en "mujeres, bebida y bailando" como plasmó en su canción La Plata (1997), una de las más populares. El carisma y esencia de Diomedes lo catapultó como el cantante más grande y querido de todos los tiempos. A pesar de nacer en la pobreza absoluta y ser criado como un campesino de La Junta decidió cambiar su rumbo con "el don de la voz", como él lo llamaba, por eso, muy joven viajó a Valledupar a probar suerte en Radio Guatapurí en donde trabajó como mensajero con la esperanza de que algún día le pusieran a sonar alguna canción de su autoría.
Sin imaginarlo, Diomedes Díaz se convirtió en un referente musical y representante de una cultura que sobrepasó la Costa Caribe. En los años 90, en la cúspide de su carrera y antes de que se vinieran los pesares, Diomedes recibió una invitación tentadora: hacer un toque en una finca por un millón de dólares. Estos jugosos ofrecimientos, comunes en la época y que provenían de narcotraficantes no podían ser rechazados, pues muchos cantantes no hubieran vivido para contarlo. Nunca se supo quien fue le capo que le pagó esta millonada a Diomedes quien se convirtió en el único cantante colombiano que ha recibido esta suma. Ni Silvestre Dangond, actualmente el máximo representante del vallenato, ni artistas de talla internacional como Maluma o J Balvin han recibido un millón de dólares por una noche.
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