Hombre por hombre Colombia es la cuarta selección de América. En nómina solo la superan Brasil, Argentina y Uruguay. Ecuador y Perú no tienen un solo jugador en los equipos élites del fútbol mundial. Colombia tiene dos, Luis Diaz en el Liverpool, Juan Guillermo Cuadrado en la Juventus. Nosotros tenemos un jugador que fue goleador del mundial y figura del Real Madrid, James Rodríguez. Ninguno de estos dos equipos tiene a un goleador que siempre hace más de diez tantos por temporada en la exigente liga italiana, como Duván Zapata. Ni los incas ni los ecuatorianos tienen una pareja de centrales en la premie League, como Yerry y Davinson que, además, ni siquiera son titulares de la selección. Son tantos los jugadores que ni siquiera tenemos la necesidad de convocar al goleador del Boca Juniors, Sebastian Villa, condenado socialmente por sus desafueros de macho asqueroso.
Y sin embargo Ecuador y Perú nos sacaron del mundial. Ecuador nos metió 6 en Quito y nos sacó el empate en Barranquilla. Perú nos ganó de visitante. Ambos tienen algo que nosotros no tenemos, organización. Los peruanos tienen un proceso que fue respetado con Gareca, los ecuatorianos confiaron en Alfaro, técnicos argentinos, serios, hipreprofesionales. Acá echamos a los sombrerazos a Pekerman. Lo echamos en un complot desde periodistas como Carlos Antonio Vélez hasta dirigentes como Alvaro Gonzalez, un hombre violento, agresivo y con graves acusaciones a cuestas de corrupción, de abuso de poder.
Ellos, a pesar de tener en sus arcas los 80 millones de dólares que les dio Adidas y los premios por haber clasificado a dos mundiales consecutivos, decidieron reemplazar a Queiroz con un técnico perdedor como Reinaldo Rueda, que venía de ser echado de Chile por sus pésimos resultados.
Y eso es lo que tuvimos, siete partidos sin hacer goles, siete partidos en donde tuvimos que tragarnos tácticas miserables en donde Borré jugaba casi de marcador, partidos de cobardía única como ese en Cordoba contra Argentina en donde los periodistas gauchos no podían creer que jugaramos con ese miedo con esa banda que tenemos.
Y esa banda hoy terminó. Quedan jugadores interesantísimos sub 25, Diaz, Sinisterra, Cuesta, Lucumí, una lista impresionante que hoy quedó desperdiciada. Una lástima tener que ver el mundial de Catar por televisión pero, la verdadera lástima, es saber que no va a pasar nada, que estamos liquidados y nadie va a reaccionar. Ninguna cabeza va a rodar en una Federación a la que lo único que le interesa es tomar whisky y viaticar. Porque ellos, créanme, van a viajar al mundial y llegarán más ricos de ese viaje. El próximo presidente tiene que intervenir la Federación.