Juan Guillermo Cuadrado, por acumulación de amarillas, no podrá estar contra Venezuela. A pesar de ser uno de los dos únicos jugadores nacionales en estar en equipos de verdadera élite, como es la Juventus –el otro, por supuesto, es Luis Diaz en Liverpool- nadie en sus cabales está triste por la ausencia del de Chigorodó. No puede ser de otra manera. Cada regate que ha intentado, cada pase, ha salido mal. Ha mostrado poca solidaridad con sus compañeros cada vez que pierde la pelota, y, además, ha demostrado que es el rey del vestuario. El seleccionador nacional no lo puede tocar a pesar de sus continuas equivocaciones en el campo de juego.
Ahora, habiendo perdido la posibilidad de clasificar directamente al mundial, Colombia se aferra al milagro de las cuentas. Esperar que se den una serie de resultados y revertir un error histórico: Colombia lleva 26 años sin ganar en Venezuela.
Si Colombia no clasifica, es decir, si Colombia no salva las papas en último momento y no logra conseguir la oportunidad de repechaje contra Australia, Cuadrado está liquidado. A los 34 años pudo brillar en un club de la categoría mundial de la Juventus pero no pudo hacerlo como sí lo lograron volantes en su posición como Freddy Rincón. Siempre tendremos la impresión que Cuadrado pudo haber dado más con la tricolor. No ir al mundial significa el final, un poco prematuro, de uno de los más grandes futbolistas colombianos de todos los tiempos.