Se les cayó la máscara a los uribistas. No ahora, se les cayó hace rato, sobre todo a partir del Gran Paro Nacional. Esa cloaca que es el uribismo no tiene agenda política, no tiene proyectos, no es una ideología con la cual se pueda entrar a debatir. Los uribistas son un grupito de privilegiados expertos en manipular a un grupito de ignorantes para perpetuarse en el poder, todo un séquito que lidera Álvaro Uribe Vélez. Son eso y más nada. Son eso y punto.
Algunos sabemos esto desde siempre, otros quizás tenían sus dudas. De pronto fue necesario el Gran Paro Nacional para abrirles los ojos a más de uno. Esa manifestación histórica será recordada por mostrarle a Colombia que un gobierno uribista no puede continuar en el poder. Están plenamente desenmascarados. Hasta ellos mismos sienten vergüenza de sus mentiras descaradas del pasado. Ya no se atreven a mostrar al candidato uribista, cual boxeador triunfante, con el puño levantado desde la muñeca por Álvaro Uribe, pidiendo que voten por él. Uribe no se ha atrevido a decir que Federico Gutiérrez es su candidato.
Pueden seguir usando nuevos métodos de manipulación; está en su esencia el engañar. Los uribistas ya saben que no les alcanza asociar a Petro con Venezuela ni tratarlo de guerrillero. Necesitaban, entonces, otro motivo para soltar su veneno y seguir demostrando el temor que tienen a salir, de una vez por todas, del poder. Todos sus rifles apuntan ahora a Francia Márquez.
Francia tiene un discurso unificador, tranquilo, claro, seguro, realista y reivindicador. Reivindica a los pobres, a las mujeres, a los marginales, a los negros, a los olvidados. Es una mujer que entra en política desde el activismo, desde la acción. Una persona situada primero en el hecho y luego en la palabra. Primero defendió el medioambiente y luego vino a meterse en la política para tratar de hacer más.
Francia no sabe de alianzas políticas, de movidas y triquiñuelas. Ella hace y punto. Y ahora que habla, habla desde la más pura y sincera experiencia. Todos esos olvidados parecen hablar desde su voz porque ella ha sido y es cada uno de ellos: negra, mujer, pobre, marginal y todos los olvidados.
Por eso ha sido centro de las polémicas desde que fue presentada como la fórmula vicepresidencial de Petro. Las blanquitas privilegiadas como Paola Ochoa se burlan de su color de piel, María Fernanda Cabal saca argumentos absurdos para perdirle que se cambie el nombre; la horda de uribistas se rasgan las vestiduras porque usa lenguaje inclusivo. Nada realmente digno de contestar. No hay argumentos en ninguno de los ataques hacia Francia Márquez porque el único objeto es el desprestigio. Tampoco los hay en ataques más serios como las amenazas de muerte.
Lo último que ha sucedido es que Marbelle la insulta de manera impresentable, con otro comentario racista. Pues bien, ella entrará con todo su portento al rascacielos de la política de privilegio de este país para derrumbarlo y ponerlo a la par del pueblo. Yo estoy de acuerdo de alguna manera con estos uribistas. Ya no es necesario hablar de Gustavo Petro, su discurso lo conocemos y ha sabido superar las vacuas ideas de los otros partidos; pero el personaje político del momento es Francia Márquez. Y si ellos, los tontos uribistas, le han declarado la guerra, sepan que muchos nos declaramos hijos de la negra portentosa que es Francia Márquez. Petro será presidente por el poder de la negra sabrosa.