Apenas me le siento al lado, en una de las bancas del parque Caldas, que al fin, con nuevas tablas, recuperó el pollo López, sin responder al saludo, de una y manoteando como siempre, se despacha en la acostumbrada retahíla comentando la situación actual, tal como lo hacía antes del terremoto, cuando éramos jóvenes y le toreábamos la lengua para entretenernos.
Después de creer que se lo llevó el covid, volví a encontrarme con Jeremías, a quien por sus catilinarias lo habíamos bautizado el filósofo Traquestereus.
—Primero, con leguleyadas de Cepeda el malo, que enmermelado por el gobierno de Duque, como presidente del Senado y directivo del conservatismo, ayudado por el secretario, no validó el quorum, cuando aprobaron las 16 curules para las víctimas, con cuatro años de tiempo prepararon la estrategia para que cuando la corte remediara el entuerto, pudieran tomárselas con candidatos como Jorge 40 y familiares y fichas de paramilitares y políticos de los partidos de gobierno, que sin sonrojarse se declararon víctimas, regando plata y amenazas para que renunciaran sus rivales durante la campaña.
Ahora, después que sobre todas las críticas montaron al registrador Vega y hasta Uribe dio la orden de que no metieran de jurados a los “maestros de Fecode”, cuando pierden las elecciones y el Pacto Histórico descubre que le conejearon votos suficientes para el menos tres curules, el alicaído Uribe y Andrés Pastrana, el delfín del fraude electoral (que después de robarle las elecciones al general Rojas Pinilla, en 1970, subió a la presidencia a su padre Misael), se declaran víctimas de fraude…
Imagínese el descaro, estimado escribidor… Cuando ellos, sacados de los partidos de gobierno, son los que pusieron a Vega y a los registradores departamentales y municipales en la Registraduría que no han querido reformar ni modernizar, porque saben que el que escruta elige y también les sirve para meterle votos como los que misteriosamente y de vez en cuando les salvan las curules en lejanías como López del Micay y Timbiquí.
Ahora, después de que Petro llenó las plazas y al desgastado caporal del Ubérrimo, lo abucheaban y gritaban “¡Uribe, paraco, el pueblo está verraco!, cuando salía a repartir volantes por sus candidatos, al constatar que perdieron las elecciones, y Fico, con todos los votos del Centro Democrático, no la tiene fácil para ganarle a Petro, salen a ordenarle a Vega el reconteo… Si estuviéramos en Dinamarca, y hasta en Estados Unidos, creería en la justeza del proceso…
Pero en un país en el que de las cárceles se les vuela Matamba, a pocos días de declarar contra los coroneles y el general que en 2015 fue candidato al Senado y Gobernación del Cauca, por el Centro Democrático, y según la Fiscalía y la prensa, radio y televisión, eran aliados con los paramilitares del Clan del Golfo, ayudándoles en Nariño a acabar con las bandas de la competencia en el negocio del narcotrá… fico, que esperanzas de justeza se podían tener en el reconteo…
A la fija que tenían listos los costalados de votos, si exregistradores, magistrados, periodistas y los que saben sobre leyes electorales no denuncian que la orden de Uribe era ilegal, pues rompía la cadena custodia. No joda… es que ni en Nicaragua, Venezuela y Cuba, que tanto critican, pasan esas cosas… De pronto hasta en la Rusia del envenenador de la oposición Putin, competencia del doctor Cianuro…
De todas maneras… a lo Trump, que ni con más de 8 millones de ventaja se negó a reconocer que perdió con Biden, ya hicieron el daño para intentar desconocer el triunfo de Petro, que es lo más probable, porque en medio de la resurrección de la guerra se desgastó el cuento de la “seguridad democrática y los tres huevitos”, y después que la colisión de la Esperanza, se desgastó y Fajardo por no unirse con De la Calle; desperdició el papayazo que tuvo hace cuatro años, condenándonos a este gobierno que hizo trizas el proceso de paz y el Cauca de nuevo fue el polvorín que les conviene a disidencias, elenos y Clan del Golfo, aliado con militares activos y retirados, que bien pagos, les ayudan a perseguir a la competencia y entre todos matar a líderes sociales que les estorban las ganancias y, además, les conviene que no legalicen el cultivo de la coca, como hicieron con la marihuana, para que suban los precios y sigan controlando el negocio.
—Después le sigo comentando…, llavecita, me mandaron a pagar los servicios.
