Decía Sun Tzu en El arte de la guerra que la mejor defensa es el ataque, y eso mismo es lo que se proponen los partidos políticos de las élites en la actual contienda electoral por la Presidencia. Lo que se viene es la más agresiva de las campañas políticas de la historia. Ya empezaron con sus argumentos falsos de las pensiones, en los que supuestamente los cotizantes perderían sus ahorros de toda su vida porque el candidato Petro los va a distribuir entre cotizantes y no cotizantes. Con eso vienen sembrando el miedo.
Claro que Petro abordó el tema de las pensiones en el debate organizado por dos de los más grandes medios de comunicación, y lo que dijo fue que se propone pasar los ahorros de los fondos privados al fondo público, en este caso a Colpensiones; teniendo en cuenta que los fondos privados cobran el 30 por ciento por la administración, lo que da un monto de 18 billones de pesos. Recursos importantes que le servirían al Estado para dar cobertura a los adultos mayores que reciben un subsidio de 160.000 pesos para que alcancen una pensión de medio salario mínimo (500.000 pesos).
Además, porque los fondos privados el dinero lo invierten en la misma contratación del Estado, como es el caso de la Ruta del Sol o el colapsado puente de Chirajara, obras en las que estuvo comprometida la corrupta constructora brasileña Odebrecht. Todos esos beneficios que se ganan los fondos privados, al Estado le sirven para dar mayor cobertura en pensiones. Sumando a eso, la eliminación de exenciones y eluciones, que permitirían recuperar 50 billones de pesos. Recursos importantes que permitirían darle participación pensional a quienes no pudrieron cotizar una pensión y que ahora ya están viejitos.
Entonces, no es que Petro esté haciendo populismo con el tema pensional, sino que la mala fe del uribismo representado en Federico Gutiérrez busca desvirtuar un proyecto que beneficia a los más pobres de Colombia. Aquí están muy claras la fuerzas: el uribismo, que lleva varios años en el poder, quiere perpetuarse y, una opción popular, inteligente, que busca beneficiar a los pobres. Lo que hace el uribismo es emplear los medios de comunicación para empañar lo que plantea Petro, aun siendo algo que beneficia a los sectores populares.
Y si les queda alguna duda de mi argumentación, ahí tienen la infamia cometida por los que quieren echarle agua sucia a Petro: irrumpir un culto de un templo católico, o de cualquier otro, no tiene presentación. De por Dios, no tienen sangre en la cara para hacer tal canallada a costa de la difamación de Petro. Teniendo en cuenta el cauce de las cosas, es oportuno citar a Ezequiel 8:13: “Verás cosas aún peores que estas”.
El oficialismo, representado en Fico, busca continuar disfrutando las mieles del poder, que les permite sostenerse en un círculo vicioso de corrupción. Ellos dicen de sí mismos que son los adalides anticorrupción, pero sí es una práctica institucional dentro de un círculo vicioso que han logrado perpetuarlo desde la colonia.
Las actuaciones de Fico Gutiérrez en los debates no es más que una letanía de improperios contra Petro, pero no propone nada, es la típica estampa del personaje marrullero, del que aparenta sabérselas todas. Y junto a Fico están Fajardo e Íngrid Betancur y una cáfila de manipuladores de la fe.
Lo que se prevé es que se venga una andanada de publicidad negra en contra del candidato del Pacto Histórico; si así desdibujan el tema pensional, de cada discurso de le revertirán partes cuyo propósito es generar miedo.
Por eso Paloma Valencia propone un nuevo remoquete para denominar la campaña del Pacto Histórico, ahora dice que será: el petrochavismo, como una manera peyorativa de infundir miedo entre la población. Pero esto ya no les funcionó en Brasil, Bolivia, Perú, España e, incluso, en Estados Unidos, donde fue atacada la campaña de Joe Biden con ese estribillo del castrochavismo. Se esperaba que ya entrara en desuso porque la gente ya no les cree, pero la siguen repitiendo como loros mojados.
Mientras tanto, Petro debe continuar manteniendo la serenidad que lo caracteriza, aún por más matoneo que le hagan quienes están bajo la sombrilla del Innombrable. El propósito sería ganar en primera vuelta, de lo contrario, para la segunda vuelta ya puede estar fraguado el fraude en la Registraduría, como ya se vieron las irregularidades en las elecciones del 13 de marzo, donde estaban embolatadas algunas curules al Senado y la Cámara, que finalmente las rescató el Pacto Histórico.
