¿Qué tipo de sufragante es usted?

¿Qué tipo de sufragante es usted?

Nos encontramos frente a dos tipos de personajes: el sufragante y el abstencionista, que, se supone, tienen información para tomar la mejor decisión

Por: Hernando Copete Ortiz
marzo 09, 2022
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¿Qué tipo de sufragante es usted?
Foto: Pixabay

¿Qué tipo de sufragante es usted?

Si ganan los partidos tradicionales (liberal, conservador), que siempre han trabajado bajo el concepto del clientelismo, padre de la corrupción y su inefectividad; y que solamente se han preocupado por sus intereses, concentrar el poder de orden genealógico y defender su patrimonio; no es otra cosa que entender de manera clara, transparente y evidente, nuestra historia y contexto social.

Por ello popularmente, se hace uso de la frase dicha por el filósofo y poeta español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana: “Quien olvida su historia está condenado a repetirla” (el pasado, también es futuro).

En consecuencia, lo que se puede avecinar es que continuaremos con la misma represión. Son movimientos políticos, que su poder político, no está sustentado en el consenso, sino en prácticas excluyentes, con el fin de cuidar los privilegios de sectores con mucho poder económico.

Desde Freud y los índices de calidad de vida del ser humano, muestran o evidencian que la historia del hombre se encuentra en un estado de represión. Mecanismo que busca evitar el dolor, que se puede encontrar inserto en las ideas, imágenes, pensamientos, recuerdos.

En general, son las representaciones displacenteras. En este orden, la cultura restringe las formas de vida social. Profundizando lo anterior, la satisfacción, que le puede otorgar el entorno social al ser humano, la cultura lo restringe o no la permite.

Las revoluciones, paros, marchas, reuniones públicas, manifestaciones, “vandalismo” y todas las formas de expresión, de la opinión pública; son la búsqueda de la satisfacción, de todo aquello que la cultura no permite.

Es un despertar, que pide su libertad y extraer de sus mentes, las ideologías de sus dominadores, introyectadas. En consecuencia, los individuos, en forma colectiva, lo que quieren, es que el paraíso terrenal, sea creado, construido, con base en los logros, que en consenso se materializan.

Las formas de represión que hace uso la cultura, representada en sus instituciones, se manifiestan con las sanciones, castigos, incentivos negativos, dirigidos a eliminar conductas, que culturalmente, imponen como no aceptadas (ejemplo reciente el aborto). Recordemos que esa imposición es unilateral.

Es importante anotar como evidente, que los daños que dejan las normas, leyes, decisiones políticas, como acciones injustas, inequitativas, discriminatorias o peligrosas, pueden ser de orden psicológico, físico, económico o social.

El querer eliminar las aspiraciones de los colectivos sociales y del ser humano per se, es la represión materializada, en forma de exclusión, generar desigualdades socioeconómicas, inaccesibilidad a los recursos naturales, discriminación, exclusión, baja accesibilidad a los derechos democráticos, asimetría en la aplicación de las leyes, bajas o nulas oportunidades de crecimiento intelectual, limitaciones para acceso al sistema sanitario, etc.

La realidad social, debe ser la materialización de un pluralismo cognitivo, en donde todas las opiniones tienen valor y son igualmente relevantes, muy diferente al eclecticismo, con posiciones intermedias, indefinidas y que no quieren ser seres opuestos a los demás (forma de pensar y actuar de nuestros políticos).

El eclecticismo, matemáticamente, es seleccionar la opinión más expresada, con mayor frecuencia. Por otro lado, el pluralismo cognitivo es diferente al sincretismo, que busca reunir y armonizar todas las formas de pensamiento opuestos. Matemáticamente, es seleccionar la opinión promedio.

Kurt Wolff, puede ejemplificar a la perfección a las posiciones aludidas. Para él, usamos la ciencia y la tecnología para controlar, manipular y explotar a los demás y a nosotros mismos.

Esto se complementa, perfectamente, con lo manifestado por Jara Atienza en el portal “ethic.es”. Ella expresa que la información personal, en el mundo online, lo que hace es acabar con nuestra privacidad y de hecho con la democracia. Y creo, que es totalmente cierto.

Los datos de los ciudadanos, hoy día se encuentran en muchas bases de datos, a las que recurren todos los políticos y demás organizaciones, públicas, privadas y por qué no de criminales (ciberdelito).

Esta información se vende (una nueva moneda de cambio). Sin ir muy lejos, a través del Big Data (gran volumen de datos, registros, campos), que se pueden obtener del celular y sus diferentes aplicaciones, como de las bases de datos, que no son más que los registrados tomados en las diferentes organizaciones, como centros médicos, DIAN, Registraduría nacional, medicina legal, Inpec, comerciantes, bancos, etc. se pueden obtener algoritmos, relaciones entre la información, etc., permitiendo lograr acciones estratégicas, tácticas, diagnósticos, predicciones, vigilancia, espionaje (que se consulta, que no), etc., del ciudadano.

El problema no es el conocimiento de todos estos datos, sino su uso; de manera que puedan manipulador y controlar el comportamiento de la población. Debemos luchar, no contra el conocimiento de la información, sino contra quién la usa, para qué propósitos, fines y quiénes serán sus beneficiarios.

En este orden de ideas la manipulación de la opinión pública (Sylvain Timsit) y con base en los datos, es una herramienta psicosocial cuyo fin es desviar la atención de la gente de lo que realmente es importante, logrando con ello difuminar, la claridad, precisión y contexto de los verdaderos problemas, como deseos o proyecciones, para lograr la sumisión (represión); que no es otra cosa que la pérdida del valor de la crítica y esta entendida como un proceso de destruir para construir.

Es decir, se debe señalar lo malo, los errores, las posiciones contrarias, los defectos, los sesgos, etc.; para luego, establecer, proponer, orientar, marcar, las correcciones de rigor, mejorando y superando, lo previamente señalado. En otras palabras, es introducir en la psique colectiva, una nueva realidad, que no está sometida a la crítica.

Las estrategias, utilizadas para dominar la opinión pública son:

  1. Distracción. Desviar la atención de la opinión pública de los problemas importantes y sus soluciones. Se les introyecta una serie de información insignificante, de manera continua, intensificada y haciendo uso de los medios de comunicación con mayor audiencia, seguidores o lectores.
  2. Generar problemas y sus soluciones. Simplemente es armar un proceso de tres etapas: problema, reacción y solución. Ejemplo crear, o intensificar un escenario de violencia, para que la población reaccione y solicite medidas de solución, generando leyes y políticas en perjuicio de la libertad y el orden.
  3. Gradualidad (condicionamiento operante). Se podría llamar, también, desensibilización sistemática. El objetivo es obtener la aceptación de medidas inaceptables. Es decir, llevar a los miembros de una sociedad a que se enfrente poco a poco a situaciones que le afectan económicamente (pobreza, empleo), discriminación, corrupción, violación de los Derechos Humanos, limitaciones al acceso de la educación, desplazamiento, etc. con el fin de eliminar la protesta social. Un ejemplo la imposición del neoliberalismo, cuyos pasos fueron: privatización, incremento de la precariedad, desempleo, control salarial, etc.
  4. Diferir la solución. A esto se le podía denominar desde la psicología resiliencia. Es decir, las propuestas o decisiones impopulares, por parte de los gobernantes, ante circunstancias adversas, traumáticas, desmotivantes, etc. se deben aceptar y adaptarse ante ellas, por cuanto a futuro todo irá mejor y que el sacrificio vale la pena.
  5. Mostrarse públicamente con la personalidad de un niño. El engaño, a través del discurso, está, íntimamente asociado con la disertación, donde se hace uso de un tono infantilizante. Se busca una reacción o respuesta desprovista de sentido crítico.
  6. Imponer lo emocional sobre lo racional (reflexión). Es recurrir al sentimiento, a las emociones. Es colocar “el saber ser” (sentimientos: amor - odio), por encima del propio “saber” (análisis, lógica, conocimientos). Se niega el saber hacer, no se permite la crítica o la protesta social.
  7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Es negarle el acceso a la información, educación, conocimientos tecnológicos, mecanismos o métodos de control político, accesibilidad a la justicia y derechos ciudadanos.
  8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Es darles a entender que se encuentran bajo unas condiciones normales, buenas de éxito y que hay otras cosas peores.
  9. Reforzar la autoculpabilidad. Es darles a entender, que las condiciones, circunstancias, bajo las cuales se encuentran, es el resultado de sus propios comportamientos (falta de inteligencia, errores en la toma de decisiones). El “todo sucede por algo”, es recurrir a la moral de las personas. Es el resultado de un comportamiento malo previo, que se convierte en castigo. Popularmente se dice: “el que la hace la paga”.
  10. Conocer a los individuos mejor que ellos mismos. Los sistemas de información, aquí juegan un papel muy importante. La gestión de la información (datos) permite crear una sociedad de la información, la cual recopila datos de diferentes fuentes (abiertas, cerradas), la procesan, hacen perfilamientos (individuales, organizacionales) y se toman decisiones. Estos registros, pueden servir como predictores. Los datos (variables) a utilizar pueden ser: geográficas, demográficas, psicográficas, sociodemográficas, criminológicas, jurídicas, ambientales.

Ante lo anterior debemos dar paso a un conocimiento reflexivo, crítico, dialéctico y radical que luche por la libertad y la igualdad de las personas: un conocimiento emancipatorio.

En conclusión, si no nos documentamos y elaboramos unas verdaderas reflexiones, ante lo dicho, las votaciones, irán a beneficiar a los manipuladores.

Por lo tanto, nos encontramos frente a dos tipos de personajes: el sufragante y el abstencionista, quienes, se supone tienen una suficiente información, para tomar la mejor decisión. Al respecto sería interesante saber cuáles son sus fuentes de información.

El primero (sufragante), su accionar, representado en el voto, esta reforzado, incentivado o el estímulo que despierta su reacción (comportamiento social), proviene de un certificado electoral, que lo beneficia de la siguiente manera (datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil):

  1. Prelación en el caso de obtener un empate en los resultados de los exámenes de ingreso a las instituciones públicas o privadas de educación superior.
  2. Rebaja de un mes en el tiempo de prestación del servicio militar obligatorio si son soldados bachilleres o auxiliares bachilleres y dos meses si son soldados campesinos o soldados regulares.
  3. Beneficios en la adjudicación de becas educativas, predios rurales y subsidios de vivienda ofrecidos por el Estado en casos de igualdad de condiciones estrictamente establecidas en un concurso abierto. Un tratamiento similar tendrá en caso de igualdad de puntaje en una lista de elegibles cuando se trate de un empleo de carrera
    con el Estado.
  4. Los estudiantes de una institución oficial de educación superior tendrán derecho a un descuento del 10% en el costo de la matrícula, según el artículo primero, de la Ley 815 de 2003, con la cual se agregan nuevos estímulos al sufragante.
  5. Rebaja del 10% en el valor de la expedición del pasaporte que solicite durante los 4 años siguientes a la votación, por una sola vez.
  6. Descuento del 10% del valor en el trámite inicial y expedición de duplicados de la Libreta Militar; por duplicados de la cédula de ciudadanía, del segundo duplicado en adelante.
  7. Descanso compensatorio remunerado, de media jornada, por el tiempo que utilice.
  8. para sufragar.

Para otros sufragantes, los anteriores numerales, se refuerzan u obtienen un plus económico, con la venta de su voto a un partido (el que ofrezca mejores beneficios).

El perfil de un tercer sufragante, sería aquel que quiere eliminar la represión, como forma de obtener beneficios comunes (libertad, igualdad, seguridad, equidad, etc.).

Su visión política, tiene una base moral y ética, como respuesta a un contenido programático, por encima de la personalidad, prestigio del candidato. Es un político, que jamás va a dejar de lado el interés público.

De igual forma puede ser una sanción a politiqueros o partidos, que no han cumplido con sus propuestas y lo que han hecho es incentivar la corrupción, violencia, roscogramas, u obtención de beneficios personales o para terceros.

El abstencionista (56.1%), es una persona inconforme, con bajos niveles motivacionales por la política, debido a los bajos niveles de credibilidad como legitimidad en el funcionamiento de las instituciones estatales. Se podría calificar este comportamiento como un acto de desobediencia o insatisfacción de los resultados de las acciones políticas.

Lamentablemente, en Colombia, no se ha manejado la abstención, como una lucha beligerante. Oposición al régimen político o a las formas y presentaciones organizacionales, como programáticas de los partidos. La abstención se expresa, no yendo a las urnas o mediante la abstención cívica, votando en blanco.

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