Después de ganar el Tour de L’ Avenir en el 2010 los equipos de Europa se peleaban por contar co Nairo Alexander Quintana. Sus números registrados en los potenciómetros eran asombrosos. Un súper crack a la espera de un contrato jugoso. Lo que le aconsejaron los especialistas es que aceptara el ofrecimiento de Movistar. Su cerebro, Eusebio Unzúe, era el indicado para sacar todo su potencial y convertirlo en super campeón.
Además era un buen negocio para los telefónicos que por esos años quería acaparar el mercado colombiano. Que el hombre encargado de llevar a lo más alto al pedalismo nacional en las carreteras de Europa fuera la imagen de la marca en el país era algo soñado para ambos bandos. Nairo en el 2012, a los 22 años, ya estaba ganando competencias e incluso, después de un error de Alejandro Valverde, fue el líder del equipo en el Tour del 2013 quedando segundo. Los resultados vinieron como una catarata entre el 2013 y el 2017 siendo el ciclista más ganador del pelotón internacional. En esos cuatro años obtuvo en grandes vueltas dos campeonatos, tres subcampeonatos y un tercer lugar. Una locura. Pero luego empezó a padecer la fatiga y la improvisación de Movistar.
En vez de dejarlo descansar sin presión lo que hicieron fue traer a un español, Mikel Landa, que para tener dos líderes de equipo, una decisión que la tomaba Unzúe no para favorecer a Nairo sino para buscar la clasificación colectiva en las competencias, que es lo que más le importa y tener un rostro de la marca español, europeo y blanco para venderlo fuera de Colombia. Según Matt Randall en su libro Colombia es pasión, el color de la piel de Nairo empezó a pesar. No le hacían controles, no lo preparaban, el trato era de un equipo del montón, no se estudiaban las bicicletas, sobre la conveniencia de lo que a él le podría convenir mas. El resultado es que a los 28 años Nairo estaba liquidado.
Nairo seguía confiando en Eusebio. El palmarés lo permitía. Este hombre descubrió a campeones como Perico Delgado, Induraín y el propio Valverde. Él sabía. Pero una vez más el padre abandonó a su hijo. El equipo entero tiraba del pelotón cuando Nairo decidía ir por la victoria de etapa y lo anulaba. Era triste, desolador. En el 2019, después del gesto de Marc Soler, en donde le manotea a su técnico cuando dice que debe esperar a Nairo, quedó claro que tenía que salir de ahí. Además a su hermano Dayer Quintana, y a su amigo Winner Annacona los trataron muy mal.
Y salió. Fue duro. El Arkea no cuenta con la infraestrutura de un equipo de primer nivel pero todo gira en torno a Nairo y los resultados están llegando. Por eso es una alegría ver este video del de Cómbita, tan contento porque va a competir en la París-Niza, una de las competencias más importantes después de las grandes vueltas. Tiene ganas y se la va a ganar.