El materialismo histórico[1] (ingl. historical materialism; franc. matêrialisme historique; alem. historischer materialismus; ital. materialismo storico) o concepción materialista de la historia es un marco teórico para explicar desarrollos y cambios en la historia humana a partir de factores prácticos, tecnológicos o materiales, en especial el modo de producción y las limitaciones que este impone al resto de aspectos organizativos (aspecto económico, jurídico, ideológico, político, cultural, etc.).
Para el materialismo histórico los cambios tecnológicos y del modo de producción son los factores principales de cambio social, jurídico y político, y es en los factores materiales de ese tipo donde deben buscarse las causas últimas de los cambios.
Aunque históricamente el materialismo histórico se popularizó en el seno del marxismo, donde sigue siendo un tema principal, el concepto es anterior a este y está presente en antropología, teoría de la historia o sociología, haciendo que el materialismo histórico englobe a toda una serie de elaboraciones teóricas no necesariamente marxistas.
Fuera del campo del marxismo, el materialismo histórico es la hipótesis de que los rasgos definitorios de las sociedades humanas y la evolución histórica de las mismas ha estado determinada o fuertemente condicionada ante todo por factores materiales.
Debido al intento de establecer las ideas del materialismo histórico de modo independiente a la versión marxista del mismo, se han acuñado términos nuevos como; materialismo cultural, funcionalismo ecológico, determinismo geográfico, determinismo económico, y otros, que pueden ser considerados como concepciones materiales de la Historia.
Diversos autores académicos como Jared Diamond o Marvin Harris han tratado en detalle la evolución histórica de extensas áreas geográficas, y tratado de explicar rasgos definitorios de la sociedad a partir de factores materiales, señalando que este tipo de factores son los preponderantes cuando se trata de entender la evolución de las sociedades y las civilizaciones.
“El materialismo histórico ha propuesto a la atención de los historiadores un canon de interpretación al cual es indispensable recurrir en muchos casos para la explicación de acontecimientos y de instituciones histórico-sociales. A este canon, en efecto, recurren en mayor o menor medida, historiadores de todos los dominios de la actividad humana, en cuanto el mismo abre a la explicación histórica un camino que, a veces, es el único posible. Actualmente se tiende a interpretar el materialismo histórico no como un principio dogmático (como Engels, sobre todo, lo había propuesto), sino como una posibilidad explicativa a la cual se debe recurrir en determinadas circunstancias. En otros términos, [783] afirmar que en todos los casos los acontecimientos o situaciones histórico-sociales deban ser explicadas por el determinismo de los factores económicos es tesis tan dogmática como la que quisiera excluir, en absoluto y en todos los casos, el determinismo de tales factores. El historiador se encuentra, en cierta situación, en posibilidad de determinar el peso relativo de los factores determinantes y se trata de establecerlo en cada caso, frente a las situaciones particulares, sin que ello pueda ser decidido por anticipado y de una vez por todas. Sustraído a su planteamiento dogmático, el materialismo histórico ha ofrecido a la técnica de la explicación historiográfica una de sus posibilidades más fecundas y un nuevo grado de libertad a la elección historiográfica”. (Diccionario Filosófico. Abagnano. P.782-783)
En esas mismas condiciones el materialismo histórico se encuentra representando en toda la necesidad del hombre, desde su interioridad hasta su exterior (objeto-sujeto), pues no podemos concebir la existencia de este si unos objetivos y fines, máxime si se tiene en cuenta que en efecto eso es lo que impregna velocidad al desarrollo social del hombre, no podemos decir, entonces que el hombre no es artífice de su propio destino, antes por el contrario, el hombre es producto de su propio desarrollo y de su propia conciencia.
[1]. Engels aplicó este nombre al canon de interpretación histórica propuesto por Marx, que consiste en reconocer a los factores económicos (técnicas de trabajo y de producción, relaciones de trabajo y de producción) un peso preponderante en la determinación de los acontecimientos históricos.