Hace unos días iba caminando con una amiga, mientras llovía y buscábamos un lugar para guarecernos, y me contó una historia escalofriante: un tipo israelí se hacía pasar por el hombre de los sueños para estafar a las mujeres con las que salía.
Y no les robaba uno o don milloncitos de pesos; las dejaba en la calle, endeudadas y con la moral por el piso, haciéndoles pagar deudas de millones de dólares.
Lo que más me sorprendía del tipo era su modus operandi, su técnica tanto como perfecto seductor como perfecto criminal. En principio las invitaba a cenas copiosas: caviar, vino, mariscos. Las llevaba de viaje a lugares paradisíacos. Aparecía así, de la nada, a regalarle a su chica —luego víctima— tiquetes a donde quisiera; vestidos, zapatos y cartera de Louis Vuitton y Chanel.
¿Tanta belleza podía ser cierta? Hay un tipo de sujeto que puede llegar a ser exageradamente atento en la primera cita, pero desaparece a la segunda. ¡Pero este no desaparecía! Al contrario, era cada vez más generoso y seductor.
Las mujeres, obviamente, caían rendidas a sus pies. Y cuandoe esto pasaba, ¡bam!, la estocada final: el tipo llamaba desesperado desde una isla lejana para decir que sus enemigos lo perseguían, que matarían a uno de sus guardaespaldas, que lo estaban extorsionando y que necesitaba un préstamo urgente. Ellas ya habían salido con él en varias ocasiones, habían visto cómo se vestía y a qué cosas las invitaba; sabían que luego les devolvería el dinero.
Y así, haciéndose pasar por víctima y ocultando su verdadera identidad, embaucó a múltiples mujeres.
Increíblemente, Simon Leviev no pagará por sus crímenes. Hoy vive en Israel, rodeado de lujos, tiene nueva novia y no le teme a la justicia, pues su proceder para obtener dinero de sus conquistas fue tan meticuloso que no robó a ninguna de ellas, ya que todas le dieron grandes sumas de manera voluntaria cuando él lo pidió. Además las transacciones no estaban a su nombre ni iban dirigidas a él.
Y ahora, para colmo de males, el Estafador de Tinder acaba de firmar un contrato con una mánager de Los Ángeles para sacar al aire un programa en el que mostrará su propia versión de los hechos, pues, según él, la de Netflix está distorsionada.
En el reality show, el polémico hombre enseñaría a la audiencia cómo obtener la cita ideal. Estará él, como un Don Juan, rodeado de mujeres dispuestas a lo que sea por robarse su corazón. Así, se encargaría de limpiar su nombre. Además, Simon hará un pódcast y lanzará un libro. Todo ello le significaría millones de dólares en ganancia. ¿Muy ventajoso de su parte, no?