Las declaraciones de Juancho de la Espriella en La FM donde revelaba secretos de un compañero de trabajo Martín Elías, demuestra la fractura en la relación de los artistas.
Y es que el ego de los cantantes puede llegar a un punto sin retorno, por ejemplo Juancho de la Espriella, cuando cierra un compromiso contractual con algún compañero de fórmula, exige buenos hoteles, desplazamientos aéreos en primera clase y prebendas económicas. Volviendo al tema de Venezuela -el detonante de la ruptura-, este episodio ya no tiene importancia. De si las visas, de si llegaron o no a tiempo, de si le incumplieron. En fin, cada uno da una versión de los hechos que al final sólo ellos saben (Martín y Juancho), quien dice la verdad. Ante la opinión pública ha quedado claro que ambos músicos han utilizado las redes sociales para atacarse y han olvidado que son figuras públicas que son seguidas por millones de personas que admiran su arte, pero que ahora con su actuación dejan mucho que desear.
Y más en el caso de Juancho de La Espriella, quien declaró a través de La FM, que Martín Elías era un desordenado y que iba tras los pasos de su padre en el tema del alcohol. Y no sólo eso: dejó en el aire que era un mujeriego. A Juancho se le olvidó que Martín Elías hace poco se casó, y a esa boda él fue invitado con su señora. Esas palabras arrastran una losa de mucho peso que no aportan nada y que por el contrario buscan destruir la imagen de una persona que aunque yo no conozco de nada merece respeto y consideración.
Es vergonzoso que el mundo del vallenato no tenga un código de honor donde prevalezca el respeto y el valor que merece un arte como la música de acordeón. Para los pleitos están los abogados, y si no quieren intermediarios, lo mejor es el diálogo directo, y no la excusa de que es mejor anunciar una separación vía Twitter. Martín Elías, utilizó esta red social para decirle a Juancho de La Espriella que lo sacaba del grupo porque ya se había cansado de sus desaires. Martín debió acometer esta decisión directamente, hablando con él, y no esconderse detrás de comentarios destructivos y malintencionados.
Al final de toda esta historia queda claro la inexperiencia de Martín Elías en estas lides. El joven está siendo mal asesorado. tal vez tiene un mal equipo de trabajo que no lo asesora, que improvisa sin mirar el futuro del cantante.
El vallenato es un género que está captando la atención de muchas personas a nivel internacional, y este tipo de actos bochornosos, lo que hacen es enlodar el trabajo de otras personas que vienen luchando con esfuerzo en la dignificación de este arte. Carlos Vives, Jorge Celedón y Silvestre Dangond, hoy por hoy, están abanderando esta tarea, pero artistas como Martín Elías, con este tipo de peleas públicas, lo que hacen es perder el tren de la victoria. Tanto Juancho de la Espriella y Martín Elías fallaron, uno más que otro, pero ambos cometieron el error gravísimo de airear los problemas internos de una “familia” en público. Y el resultado: un resquebrajamiento de su imagen, y lo que es peor aún, quedó evidenciado que tras unos grandes músicos también se esconde un mundo de mentiras y traiciones. ¿Quién gana? ¿Quién pierde? El tiempo nos dirá la verdad.