De acuerdo a información brindada por el periodista Nelson Ovidio Obando Hernández en su libro “Historia del periodismo en Colombia” (agosto de 2002), “El primer periódico que se publicó en Pasto fue “EL DUENDE”, editado en las prensas de Pastor Enríquez el que comenzó a circular el 1 de enero de 1838.
Era de pequeño formato, editado en papel grueso, imitación pergamino. Circuló los días jueves y domingos y llegó hasta el número 63, no tenía columnas y en su primera página se publicaba la siguiente estrofilla: “Al que escriba/ malo o bueno, / No le aflija/ Ningún miedo/.”
Desafortunadamente el archivo de este periódico desapareció quedando tan solo algunos números sueltos, propiedad de coleccionistas privados.
El periodismo es la memoria de los pueblos y debe constituirse en un patrimonio que se debe custodiar y perpetuar en los anales de la historia.
Ejemplos como el anterior abundan. Muchos periódicos, revistas y documentos se pierden y con ello gran parte de los hechos que se constituyeron en el derrotero de los pueblos.
Tengo en mi poder, herencia paternal, la colección completa del periódico “EL PRECURSOR” cuyo primer número vio la luz pública el 1 de diciembre de 1886 constituyéndose en una rareza bibliográfica y periodística, igualmente literaria por cuanto en sus páginas se publicaban aportes poéticos, cuentísticos y literarios de colaboradores de la época.
Figuran entre sus columnistas y periodistas los nombres de Benjamín Guerrero, Julián Buchely, Daniel Zarama, Manuel María Rodríguez, Cesar Moncayo, Justo Guerra, Eliseo Payán, Luciano Herrera y toda una pléyade de intelectuales y académicos que consagraron sus días a construir y edificar nuestra patria chica.
En este primer número puede apreciarse la nómina de sus fundadores y directivos. Benigno Orbegozo, su director. “El Precursor” se constituía como un órgano de la “Escuela Literaria de Pasto” y se declaraba como un periódico literario y social. Fungían como redactores los miembros activos de la sociedad.
En el año 1 / Pasto, 1 de diciembre de 1886 / Núm. 1 se fijan las condiciones de publicación y colaboración: “Este periódico verá la luz el 1 y el 15 de cada mes. / Valor de la suscripción anual, $ 3 adelantados / Valor de un numero suelto, 10 c. / Se Admiten remitidos que estén en consonancia con el carácter del periódico, a $ 1 por columna / Se canjea con todos los periódicos que admitan el canje/ Los encargados de la edición y agencia general, Benjamín Guerrero y Manuel María Rodríguez/.
Como en todo periódico que se respete, no podía faltar la pauta. Encontramos la publicidad del abogado Alejandro Santander, que se constituye por sí sola en un digno ejemplo de honradez y pulcritud profesional:
“Alejandro Santander – Ofrece sus servicios en su profesión de abogacía en este lugar. Su honorario será convencional según la naturaleza del juicio é instancia o instancias que deba defender. La mitad del honorario se pagará el día que reciba el poder, y la otra, publicada que fuere la sentencia definitiva, siempre que sea favorable. Las consultas se le dirigirán por escrito. Su casa de habitación está situada entre las carreras de Santander y Antioquia de esta ciudad, en donde se le encontrará desde las 7 hasta las 10 a.m. de todos los días, con excepción de los feriados”.
Encontramos un curioso croquis o plano de Pasto en el que se detallan sus calles, parques, avenidas, carreras, cementerios, molino hidráulico, templos, escuelas, hospitales cárceles, puentes, avenidas, etc., elaborado por Hijinio Muñoz en el año de 1864.
Una verdadera curiosidad y rareza bibliográfica y urbanística. Bien vale la pena detenerse a detallar su contenido.
Sería una lástima que esta colección de periódicos de “EL PRECURSOR” se perdiera y con ello gran parte de la memoria de este pueblo.
En el número 21 de 1 de octubre de 1887 se detalla la lista de personas “que han contribuido para la compra en Europa, del instrumental para la “Filarmónica”, que se instalará precisamente en esta ciudad”.
Se relacionan los nombres y las cantidades donadas por los filántropos de la época, con ello demuestran el carácter cívico y cultural de nuestra ciudad, veamos algunos de ellos:
Sixto Guerrero…………. $ 80.
Juan Moncayo…………… $ 40.
Dr. Lucas Vergara……… $ 20.
Dr. Clímaco Burbano…. $ 10.
Tomás González R……… $ 6.
Porfirio Medina…………… $ 2.
Pastor Ibarra……………… $ 1.
Posteriormente y en el siguiente número o se incluye otra lista de colaboradores para ese fin.
Igualmente se destaca en el ejemplar número 25 de diciembre de 1887 la lista de personas que colaboran para iniciar la apertura del CAMINO DE OCCIDENTE.
Simón Zarama escribe una sentida nota de agradecimiento para todos aquellos que pensando en el bien común destinaron recursos propios para dar inicio a una obra sentida por los pobladores de la época.
Inicia su nota así: “Hace largo tiempo que biene (sic) tratándose con mucho interés sobre la apertura de un camino al Pacífico. Todos convienen en la necesidad que tienen estos pueblos de expedita comunicación con los de la Costa; palpan las ventajas que reportaría el comercio para sus transacciones, la agricultura y la industria para la exportación de sus productos, y ven en aquella vía encarnado el progreso, la vida del Sur”.
Como un homenaje a ese espíritu filantrópico, visionario y altruista destacamos los nombres de algunos de los donantes para tal encomiable objetivo:
Sixto Guerrero…… $ 3500.
Agustín Bucheli…… $ 2000.
Hilarión Ortiz……… $ 1000.
Leonidas Dorado… $ 500.
Carlos Delgado…… $ 300.
Hermógenes Zarama… $ 200.
Rafael Apraéz…………… $ 100.
Mercedes Andrade V. de Jurado…… $ 100.
Bello ejemplo de nuestros mayores que pensaron siempre en el bien común y en aras el progreso y desarrollo de nuestro pueblo.
Para esos días aun no existía el departamento de Nariño y éramos algo así como un apéndice del Gran Cauca.
El nombre de “El Precursor” indica la mentalidad visionaria de ellos y expresa su deseo de ser “independientes” y autónomos del Gran Cauca. Hecho que se cumpliría en el año de 1904 cuando se crea el Departamento de Nariño.
Reitero que sería una lástima que este valioso documento periodístico e histórico se pierda para la memoria de nuestro pueblo.
Esperamos que alguna entidad, autoridad, intelectual o académico lea esta nota y en aras de salvaguardar tan valioso documento se inicie la gestión pertinente que permita su custodia y cuidado. Mucho mejor que se reproduzca y se distribuya en instituciones educativas, universidades y entidades culturales.
