En un local en el centro de Bogotá, que anteriormente estaba destinado para la venta de telas, Carlos Federico Ruiz hace casi sesenta años abrió su primera librería que bautizó Panamericana. Puso en este negocio todos sus ahorros y se paró desde el primer día frente al mostrador. Sabía de libros porque a los doce años había vendido de casa en casa copias de segunda que la gente desechaba.
Con el tiempo en su local la Avenida Jiménez con carrera décima empezaron a verse cuadernos, reglas, lápices, bolígrafos y compases. Dio en la clave de su negocio convertido hoy en un líder de las papelerías en Colombia: responder a las necesidades de los clientes que caracteriza a Panamericana.
Pronto el almacén de libros se integró con productos de papelería, de oficina y escolares, también se acomodó a los horarios de sus clientes. El principal almacén de la calle 72 en Bogotá fue de los primeros en abrir los domingos para responder a las necesidades del fin de semana, especialmente de colegiales y universitarios. La mayoría de sus locales atienden en jornada extendida. Posteriormente, al darse cuenta de la baja en el consumo de papel y la aparición de medios digitales, se diversificó a vender tecnología, computadores, insumos, impresoras, etc. Nunca se quedó atrás.
Con el tiempo Panamericana dejó de ser una papelería. En el almacén se vendía todo lo que se necesitaba para trabajo de oficina o de estudio: Mobiliario, Arte, Decoración, y hasta juguetes. De ahí en adelante todo fue en ascenso; ahora ocupa el puesto 30 dentro de las 380 empresas de retail mas importantes del país. Al cierre de 2020 obtuvo unos ingresos de $557.932 millones de pesos, la única empresa de comercio al por menor de libros, periódicos, materiales, artículos de papelería y escritorio que figura dentro de las mil empresas más grandes del país.
Los locales propios con excelente ubicación son a la vez, un gran negocio inmobiliario
Para ahorrarse algunos pesos y ampliar la rentabilidad, Ruiz empezó a comprar su propia maquinaria para coser libretas y cuadernos. De ahí salió otro negocio, Panamericana Formas e Impresos fundada en 1987, donde él mismo contactó a los editores de libros escolares y a algunos dueños de películas para que le dieran el permiso de imprimirlos con su sello, además de ofrecer varios servicios de impresión: offset prensa rotativas, prensa plana y digital, allí se imprimen libros, formas, revistas, materiales de merchandising, empaques, etiquetas plegadizos, etc. Su planta es una de las más modernas de Sudamérica y desde ahí exporta a más de 10 países. Las ventas de esta compañía dedicada a la impresión fueron de $ 135.050 millones, en el año 2020.
A finales de los noventa, específicamente el 26 de marzo de 1997, en la época más álgida de secuestros en el país, Carlos Federico Ruiz fue secuestrado por el movimiento extremista Autodefensa Obrera y delincuentes comunes quienes le pedían dos millones de dólares para liberarlo. El Grupo Gaula de la Policía lo rescató de un sótano oscuro y maloliente en el Barrio Villa Luz en el noroccidente de Bogotá, donde fueron detenidos seis secuestradores incluido el jefe de la banda. Emocionado y llorando abrazó al general Rosso José Serrano y le agradeció que salvará más de 700 empleos, pues ya estaba obligado a vender sus empresas para poder pagar.
Don Federico, como cariñosamente lo llaman, no se amilanó, continuó con el negocio, y a finales del año pasado fue premiado por American Retail en la categoría vida y obra empresarial, luego de más de cinco décadas dedicado a vender literatura, arte, música, decoración y entretenimiento. Panamericana cuenta con 38 tiendas en las principales ciudades, 22 en Bogotá y alrededores, y 16 en el resto del país, muchos de estos propios.
Dentro los aspectos más destacados está la lealtad a sus más inmediatos colaboradores, sus equipos directivos llevan mucho tiempo en la compañía, mantiene un estricto manejo financiero que le ha permitido crecer sin deuda, incluido su preferencia ser propietario de los locales donde opera, ubicados estratégicamente en las ciudades lo cual además le permitió sortear exitosamente la crisis vivida por pandemia. Supo responder además con una muy buena tienda virtual.