El pueblo colombiano merece un estallido de rabia, y no precisamente rabia de violencia, porque nuestra historia nos ha demostrado que de nada nos sirve la rabia violenta.
Estallemos de rabia de una forma diferente, una forma donde no hayan barreras, donde todas las versiones sean escuchadas, donde haya reparación hacía las víctimas.
Los victimarios de estas situaciones son personas que por situaciones de sus vidas que la misma guerra anteriormente los llevaron a ser guerrilleros, mparamilitares y demás.
Pero no podemos seguir permitiendo que esta rabia contenida se convierta en más guerra, en más odio.
Porque esto es un círculo vicioso y una diversión para la gente que maneja el país a su antojo a quienes no les afecta en lo absoluto esta guerra.
Las guerrillas se crearon por una molestia social con las que, se supone, tenía que mejorar la calidad de vida ¿se logró? ¡No! Se generó otro problema mucho más grande por "defender" al pueblo; él mismo terminó siendo el principal afectado; lo mismo con los paramilitares, que querían acabar las guerrillas y terminaron derramando sangre a montones.