Las investigaciones de los agentes del CTI de la Fiscalía en pocos días lograron demostrar que el crimen de Mauricio Leal y su mamá fue por dinero. Jhonier Leal Hernández, el confeso asesino, lo único que pretendía era quedarse con la fortuna de Mauricio Leal, la cual ascendía a más de cinco mil millones de pesos.
Mauricio Leal empezó su lucrativo negocio de la nada. Trabajó por varios años como empleado en peluquerías en la ciudad de Cali, hasta que se independizó a los 22 años y el éxito lo acompañó durante toda su vida. A los 25 años se traslada a Bogotá donde se dejó conocer como uno de los mejores maquilladores y peluqueros de la ciudad, al punto que se convirtió en el maquillador personal de varias estrellas de la farándula criolla, lo que catapultó su fama y así mismo incrementó su cuentas bancarias.
Varios conocidos de Mauricio Leal, entre ellos su misma familia, han indicado que Jhonier siempre le tuvo envidia al éxito laboral y financiero que tenía Mauricio, el cual, él nunca logró. Esta envidia a los bienes de Mauricio Leal fueron los que lograron enfermar la mente de su hermano Jhonier Leal, quien empezó a planear su asesinato y de paso el de su mamá.
Una de las propiedades con las que Jhonier pretendía quedarse como amo y señor era la famosa peluquería de su hermano, la cual tenía el nombre de pila de su hermano: Mauricio Leal. Este negocio era muy importante para Jhonier porque la peluquería era una mina de oro. El negocio dejaba un ingreso mensual de unos 400 millones de pesos.
Así, si el plan le hubiese salido bien al asesino, este se hubiera quedado como dueños de la lujosa casa en La Calera, los tres vehículos de Mauricio y su peluquerías, la que tenía en el norte de Bogotá y la que estaba montando en Cajicá, un vecino municipio de Bogotá.
