Luego de enfrentar y superar a 11 rivales, tanto en la ciudad de Cali como el departamento del Valle, hecho que le permitió llegar a la capital antioqueña para formar parte de la versión 37 del Festival de Festivales, el equipo de Baby Fútbol Deportivo Cali llegó en este 2022 a su quinta asistencia a este certamen único en el país, con la esperanza de superar su máxima conquista, que fue un segundo lugar alcanzado en 2004 justo contra aquel equipo en donde el fútbol colombiano vio nacer en su firmamento a una de las figuras que hoy por hoy no llegó a ajustarse a los nuevos cánones de las exigencias de este deporte.
Incluso, muchos conocedores del fútbol y los que no lo son le dieron este mismo lunes una especie de entierro de tercera, además en lengua latina (que ya es mucho) a quien hasta hace poco era el mejor del mundo. Me refiero a James David Rodríguez Rubio y a su equipo de la época, la Academia Tolimense, que venció al Deportivo Cali en aquella versión, la número XX, cuando todavía se llamaba Torneo Nacional Ponyfútbol.
Pues bien, como el mundo es un pañuelo, en aquella oportunidad el Deportivo Cali tenía como director técnico al profesor Américo Orbes, fallecido en el 2013, y en esta oportunidad vemos en esa misma posición a su hijo, José Anderson Orbes Tenorio, nacido en la ciudad de Cali, egresado de la Escuela Nacional del Deporte, pero además abogado de la Universidad Santiago de Cali con una Maestría en Derecho Deportivo de la Universidad de Lleida de España, al encontrar una especie de cordón umbilical entre estas dos disciplinas que rigen a la humanidad.
De hecho, en la extensa historia de este deporte se habla que fue a partir de 1863 cuando se fundó la Asociación Inglesa del Fútbol, pero que ya venían desde varios siglos atrás, por allá en la Edad Media, no obstante que los primeros códigos que regulan esta disciplina datan de 1848. En ese asunto tiene razón nuestro personaje.
Este abogado en trance deportivo nos contó de un modo franco y sincero que jugó fútbol, pero que no tuvo el talento necesario para avanzar más allá de lo permitido y que por eso su hoja de vida se cierra en el capítulo en donde se puede leer que jugó como lateral derecho en una escuela satélite del Deportivo Cali llamada Andrés Sanín de aquella ciudad.
Nos habla que este club, porque más que un equipo es un club, tiene su propio sistema de captación de lo que se llama la cantera, como es el onceno que hoy se ha convertido, gracias a sus buenas maneras de jugar y a sus resultados que así lo confirman: 8 goles y 9 puntos de 9, en el preferido para ser el campeón de este 2022, que corre como un loco.
Cuenta que para esta oportunidad se miraron más de 250 jugadores nacidos en el 2009, y el que nos acompaña en Medellín lleva un año de trabajar de manera continua y de los 25 que hicieron parte de la primera escogencia, tuvieron que prescindir de 7 para traer a los 18, sin que para ello las familias o cualquier otra entidad, oficial o privada, tuviera que sacudir sus bolsillos para estar presentes en la cancha Marte 1.
Una de sus primeras reacciones positivas que le generaron estos pequeños de 12 años cumplidos fue su carácter para enfrentarse en un ambiente muy ajeno al que ellos tienen como rutina en el Valle del Cauca, más si tenemos en cuenta que hizo parte en el grupo en donde se enfrentó con otro de los favoritos, el Atlético Nacional, que por esas cosas de la vida se le traslada la misma rivalidad que tienen los equipos profesionales, pero a quien superó uno a cero.
Dice que el llamado “miedo escénico” no ha sido su preocupación porque los chiquillos parecen haber superado esa etapa debido, quizá, a los 11 partidos que jugaron antes de venir, sin el ánimo de ser favoritos, a la ciudad de la Eterna Primavera.
“Nuestro modelo se basa en respetar la filosofía institucional que habla del buen trato al balón, la habilidad y la fortaleza de cada uno de ellos en los duelos personales que se dan en la cancha y en salir jugando desde el fondo y ser sólido en la defensa y mantener el carácter competitivo”, revela el técnico, padre de la pequeña Hanny, de apenas 4 años de edad y que lo espera en su residencia en Cali.
El redactor quiso saber cuál es el sistema que aplica dentro de la cancha para jugar y dijo que es un 4-2-1-3, en donde se resalta el trabajo del volante creativo y fue cuando tocamos el tema de la figura del equipo, Ángelo Girón Palacios, el hijo de Jhon Ciro Girón Bedoya y Lorena Palacios y hermano de Maicol y Brandon, identificado con la camiseta número 8 y con la mano izquierda escayolada por haber sufrido un accidente días antes de comenzar este certamen deportivo.
Dice que el papá, con el propósito de acercarlo al Deportivo Cali, lo llevó la escuela Mara10, filial del verde, y fue allí cuando tuvieron oportunidad de verle sus habilidades y de tenerlo en cuenta para la cantera por ser un volante que además tiene la facilidad de retrasarse cuando así lo requieran las situaciones en que se mueva el partido.
Así mismo, recordó que el equipo tiene su propia columna vertebral que arranca desde el arco en donde se para Luigi Joel Ortiz Mañunga, luego en la defensa con Santiago Vallecilla González; Maikel Andrés Carabalí Mina en la zona media y Kevin Rodríguez Bandera un poco más adelante.
Eso no tiene ningún misterio. La magia está en tener buenos jugadores, línea por línea, contar con un buen nivel futbolístico para enfrentar los rivales y ser rápidos al pasar a la fase ofensiva, con varios de ellos con eso que llaman “picante”, pero sobre todo porque todos son solidarios y saben cuál es el papel y la responsabilidad que tienen dentro del equipo.
Antes de enfrentar los octavos de final, todo el equipo tuvo la oportunidad de dar una vuelta montados en el Metro, a sabiendas lo que les espera a partir de este lunes 17 de enero.
En efecto, en esta fecha comienza la primera parte de los octavos de final en lo que tiene que ver con la rama masculina y la última fecha de la fase de grupos en la femenina en la Marte 1.
José Anderson Orbes Tenorio, un muchacho tranquilo, con los pies en la tierra, que sabe de responsabilidades que se desatan por pertenecer a un club que el año pasado conquistó su décima estrella, sabe que muchos ojos, en especial los de su señor padre, estarán pendientes de los resultados que les permitan llevar esta nueva satisfacción a los miles de seguidores que tiene en todo el país.
“Si queremos ser campeones, tenemos que ganarles a todos”, dice el profesor quien sabe que el segundo lugar logrado en el 2004 puede ser esta vez el campeonato porque la quinta es la vencida.