Fue un revés extraordinario para Australia, que durante 18 meses impuso estrictas restricciones en sus fronteras para detener la propagación del coronavirus. En una audiencia judicial de emergencia en línea, el juez Anthony Kelly ordenó que la decisión de cancelar la visa de Djokovic "sea anulada" y que la superestrella del tenis "sea liberado de inmediato".
Djokovic, de 34 años, llegó a Melbourne el miércoles 5 de enero, de cara al Abierto de Australia, que comienza dentro de una semana, con la esperanza de ganar su 21º título de Grand Slam, un récord. Pero incluso mientras saborea una extraordinaria victoria en el tribunal federal, su sueño del torneo puede estar aún fuera de su alcance.
Sin embargo, un abogado gubernamental advirtió que el Australia aún puede ordenar la expulsión de Djokovic de Australia. Por lo que, ante una posible derrota humillante para el gobierno central australiano, el abogado Christopher Tran informó al juez que el ministro de Inmigración, Alex Hawke, podría intervenir con poderes ejecutivos.
"Fui informado que (el ministro) considerará si ejerce un poder personal de cancelación", declaró el abogado.
Cuatro noches en un centro de detención para inmigrantes
Tras aterrizar en Australia, Djokovic fue llevado a una entrevista nocturna con agentes fronterizos, que decidieron que el campeón no había presentado una razón sólida para la exención médica. El visado de Djokovic fue revocado y se le trasladó a un conocido centro de detención de inmigrantes a la espera de su deportación.
Pasó cuatro noches en el antiguo Park Hotel, un centro de cinco plantas que alberga a unos 32 migrantes atrapados en el duro sistema de inmigración australiano, algunos durante años.
La petición de Djokovic de ser trasladado a un centro donde pudiera entrenar para el Open de Australia cayó en saco roto, según sus abogados.
La conclusión del tribunal, leída en una audiencia en línea, dijo que al jugador no se le dio la oportunidad de responder completamente antes de que se rompiera su visado.
En las primeras horas del pasado jueves 6 de enero, se le dijo a Djokovic que tenía hasta las 8:30 de la mañana para responder a la propuesta de cancelación de su visado; sin embargo, a las 7:42 de la mañana, el agente fronterizo anuló la decisión.
Si a Djokovic se le hubiera dado hasta las 8:30 de la mañana, como se le prometió en un principio, "podría haber consultado a otras personas y haber presentado alegaciones al delegado sobre los motivos por los que su visado no debía ser cancelado", dijo el juez.
Según una transcripción de la entrevista en del aeropuerto aseguró "realmente no entiendo cuál es la razón por la que no me permite entrar en su país".
“No son condiciones humanas”
Días antes, en un mitin en Belgrado, la madre de Djokovic, Dijana, afirmó que su hijo estaba alojado "en condiciones no humanas" durante su estancia de cuatro noches en el centro de detención.
"Lo detuvieron y ni siquiera le dan el desayuno, sólo come y cena", dijo, citada por los medios locales. "No tiene una ventana normal, se queda mirando a la pared".
Aunque no tiene relación con su caso judicial, la afirmación de Djokovic de que dio positivo el 16 de diciembre suscitó la polémica después de que se supiera que había asistido ese día a una reunión para que el servicio postal nacional serbio lanzara una serie de sellos en su honor.
Las imágenes compartidas por la federación de tenis de Belgrado también lo mostraban en un evento de jugadores jóvenes en la ciudad, el 17 de diciembre.
Se informó de que había entregado copas y premios a los jugadores. Nadie llevaba máscara.
A otra tenista, la especialista checa en dobles Renata Voracova, también se le ha cancelado el visado tras obtener una exención médica. La deportista salió de Australia el sábado 8 de enero después de haber sido retenida en el mismo centro de Melbourne que Djokovic.
*AFP