En sus ratos libres Lorenzo Servitje se dedicaba a ayudar a su papá en la pastelería El Molino. Apenas tenía 16 años y vivía en una ciudad que crecía a un ritmo frenético. La Ciudad de México lo era todo para Lorenzo, y la pastelería familiar sería el impulso para crear una de las marcas de pan más importantes de latinoamérica: Bimbo.
Nieto de campesinos catalanes, Lorenzo se dedicó de lleno a la Pastelería El Molino cuando su papá murió. Tenía 18 años y no tuvo otra alternativa que dejar los estudios, aunque no para siempre. Lorenzo sabía de buen pan y percibió que México necesitaba de un pan de mejor calidad y frescura. A los 28 años, en 1945, convenció a su hermano Roberto, un primo Jaime Jorba, dos tíos y su cuñado, de fundar una panificadora en la Ciudad de México en un terreno que le vendió su suegro, sin embargo, todos sus socios se retirarían con los años, aunque Jaime, quién regresó a España, montó un Bimbo Español que posteriormente generaría un conflicto de marcas y un acuerdo accionario.
El negocio, que empezó con un alto ingrediente de producción manual, ha dedicado grandes esfuerzos a la innovación; setenta y cinco años después, cuenta con un portafolio de más de 10,000 productos bajo más de 100 marcas paraguas, y se encuentra en el 99,3 % de los hogares en México, siendo la tercera marca más consumida en el país azteca. Lorenzo, quien falleció en 2017, mantuvo el control del Grupo Industrial Bimbo hasta que se lo cedió a su hermano Roberto, quien había ingresado a la empresa a los 18 años a recorrer la ciudad con pan fresco todos los días. Este a su vez, en 1997 le entregó la batuta a su sobrino, hijo de Lorenzo, Daniel Servitje Montull, quien es el actual presidente y director general del grupo que nunca ha salido de la familia Servitje.
Daniel es el único hombre de la familia Servitje Montull, de sus cinco hermanas, dos forman parte del negocio familiar. Los Servitje Montul poseen un 38 % de las acciones del Grupo, gracias a lo cual son la octava familia más rica de México, con una fortuna familiar estimada en USD 3.590 millones, pero este porcentaje inferior al 51 % les impide ostentar formalmente el control, sin embargo, con la presidencia y la participación de otro 11,9 % accionario en manos de sus primos Jorba Servitje, les permite a ambas familias ocupar siete puestos en el Consejo Directivo.
Roberto inició la internacionalización con la compra de las plantas en San Diego y en Los Ángeles; posteriormente fundaron Bimbo Bakeries y compraron George Weston Foods y se hicieron a marcas como Thomas English Muffins, Oroweat, Entenmann´s y Arnold Bread. Su transacción más importante con la adquisición de Sara Lee, con lo cual las ventas en Estados Unidos alcanzaron el 53 %, seguido de México con el 32% y Latinoamérica con el 11%. A punta de alianzas y adquisiciones sus activos casi se han quintuplicado por la compra de empresas y construcción de nuevas plantas en diferentes regiones del mundo.
A Colombia llegó hace veinticinco años de la mano de Nutresa, una empresa que está en bolsa, pero administrada por el Grupo Antioqueño, y nació Bimbo Colombia, donde un 40% es de Nutresa y un 60% de los mexicanos. La primera planta de producción la montaron en Tenjo, Cundinamarca en 1995, y el éxito obtenido los ha llevado hoy a siete plantas entre Cundinamarca, Antioquia, Atlántico, Quindío y Valle del Cauca, donde trabajan casi 4.000 empleados.
Asistí a la inauguración de la planta @Grupo_Bimbo en Tenjo, Cundinamarca, es de las más modernas que tiene la empresa en 24 países. pic.twitter.com/wAs6XoIFiT
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) September 4, 2017
La expansión en Colombia incluyó también la compra de Pan Guadalupe y Panettiere. Son campeones con el pan blanco tajado, un infaltable en la canasta familiar donde cuentan con un 53.7 % de participación, además de dos creaciones criollas, Artesano y Vital. Este año lanzaron la marca Pa mi gente y una línea de pan congelado, su objetivo es invertir del orden de US $10 millones para ampliar la capacidad productiva en las categorías de pan tostado y tortillas que durante el año pasado crecieron por encima de lo esperado.
El último estudio de Kantar Worldpanel sobre marcas de bienes de consumo en 49 países indicó que Bimbo ocupa en la categoría de alimentos, la primera posición entre las marcas más elegidas en Latinoamérica y el lugar número 10 en el mundo. Este grupo pandero mexicano, con 196 plantas de producción en 33 países entre América, Europa, Asia y África, logró ventas de US $15.000 millones el año pasado, de las cuales, US $742 millones corresponden al mercado colombiano a través de su alianza con Nutresa, del Grupo Antioqueño, posee una participación del 15,8 % del sector panadero en el país.
Bimbo, 76 años después, se ha convertido en la gigante del pan blanco que está en todos los supermercados y tiendas. El ya reconocido y querido oso panadero es una imagen que los latinoamericanos recuerdan y reconocen en cualquier estante. Hoy es la marca preferida en el continente demostrando que Lorenzo Servitje tenía la audacia de un buen panadero.
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