El 17 de agosto de 2005 los más importantes políticos del país despedían a Julio César Turbay Ayala. Uno de los más compungidos era el entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, que se fajó uno de sus característicos discursos en el que aseguró que Turbay fue una especie de mentor. Uribe comenzó su carrera política en el Partido Liberal, del que Turbay fue su jefe natural y varias veces director nacional y le abrió las puertas a la política al entonces joven político antioqueño que mostraba un talante sin igual. Además Turbay como presidente, le dio su primer cargo público: con apenas 28 años Uribe se convirtió en director de la Aerocivil en 1980.
Bajo su dirección los municipios de Frontino, Amalfi, Urrao y Caucasia recibieron licencias para tener allí sus aeropuertos. En los dos años que fue director inauguró el edificio del aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz de Barranquilla además de la inauguración oficial Camilo Daza de Cúcuta y la creación del Puente Aéreo subyacente al aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá. La controversia sobre su desempeño lo acompaña aún. Es que en esa época los carteles de la droga proliferaban como los hongos después de la lluvia.
Iván Duque Escobar, padre del actual presidente y quien durante el gobierno de Turbay fue gobernador de Antioquia, le advirtió al entonces presidente liberal sobre las actuaciones de Uribe en la Aerocivil: “desde su cargo de director de la Aeronáutica Civil, repartía licencias y autorizaba las pistas de las tantas aeronaves que subían y bajaban cargadas de cocaína”. Desde su cargo Uribe le dio una licencia a Jaime Cardona, empresario de las entrañas de la magia y quien incluso tuvo pista en su hacienda. Duque Escobar le volvió a advertir al propio Uribe sobre los antecedentes de Carmona, pero este le respondió “señor gobernador, usted está mal informado, el señor Cardona es un hombre de bien”. Sin embargo, y aunque algunas licencias fueron revocadas, el presidente Turbay siempre sostuvo a Uribe en el cargo, que solo salió de él con el fin del gobierno liberal.
Además del agradecimiento, Turbay y Uribe tenían muchas cosas en común. Ambos fueron presidentes de mano dura, altamente cuestionados por la gran prensa. El Estatuto de Seguridad con el que Turbay quiso combatir a guerrillas urbanas como el M-19 terminó con graves acusaciones de crímenes de lesa humanidad por la manera como el ejército y las fuerzas del orden combatieron a todo aquel sospechoso de ser guerrillero. Durante el entierro del expresidente, su hijo Julio César Turbay jr, se refirió al palo que los medios le dieron a su papá. La razón que encontró el hijo de Turbay fue que El Tiempo y El Espectador se volcaron en una campaña a favor de Carlos Lleras Restrepo.
Uribe se sentía identificado. Aunque en ese momento tenía el 75% de aprobación, su Seguridad Democrática era altamente cuestionada por los más populares columnistas del país. Además Uribe, con el agradecimiento paisa a flor de piel, no olvidaba que una de las últimas batallas que dio Turbay Ayala fue la de buscar su reelección. En el 2005 Uribe ya tenía esto definido y sabía que su gobierno se extendería hasta 2010.
Desde hace un año Álvaro Uribe se había comprometido con Miguel Uribe Turbay, nieto del expresidente liberal, para nombrarlo como cabeza de lista al Senado del Centro Democrático. Todavía se podían ajustar unos detalles, pero la promesa era un hecho y Uribe se plantó para cumplirla, una decisión que molestó bastante al ala más radical del uribismo en cabeza de María Fernanda Cabal, quien después de perder frente a Óscar Iván Zuluaga la candidatura del partido para la presidencia, aspiraba a ser ella la que encabezara la lista.
No sucedió así. Y es que Cabal, con su discurso furioso, se podía convertir en un palo en la rueda para Uribe, que está buscando alianzas y sabe que, aunque disciplinados y apasionados, los radicales seguidores de Cabal y sus ideas no son mayoría para recoger votos de varios sectores, incluido el centro. Uribe puso toda su confianza en Miguel Uribe Turbay, tal vez también dictado por el eterno agradecimiento que siempre demostró por uno de sus mentores.