¡La peor de las desgracias!
Pero nada de nervios.
No hay tiempo más jarto (con j) que el ya largo y tedioso de las campañas que prácticamente no paran, pero por esta época previo a las elecciones arrecian los ires y venires de insultos y mentiras para manipular un pueblo enfermo de ansiedad por el escándalo y el mediático chisme que bien saben explotar los políticos de todos los bandos, a sabiendas de que la prensa les hará coro porque lo que vende pauta es el sensacionalismo a ultranza de la verdad.
Un ejemplo es este asunto de las filas de los pasaportes: los uribistas están diciendo que este fenómeno es porque la “gente de bien” quiere irse del país por si gana Petro. Y los petristas dicen que es el resultado de la debacle del que dijo Uribe y ante el otro que dijo Uribe, le roben la presidencia otra vez a Petro, entonces mejor buscar “nuevos horizontes”.
Ni uribistas ni petristas, ni los ninis de la esperanza y la experiencia aciertan. Solo es mediatismo para generar confusión entre la población espectadora que poco se interesa en pensar sin calores mentales y sin pasiones politiqueras.
Obvio que después de dos años de pandemia y confinamiento, miedo al covid, etcétera, la “gente de bien” y la "gente que no es de bien", pero que tiene recursos para viajar, quieran salir en desbandada de fin de año, obvio, vacunaditos porque es requisito para que los dejen ingresar en otros países; aprovecharán este tiempo para darse un airecito y refrescarse.
Por otra parte, si observaron los monumentales trancones en las ciudades a la entrada de centros comerciales con motivo del día sin IVA y las aglomeraciones prácticamente saqueando los almacenes por parte de la “gente de bien” y los que "no son gente de bien", pero que tienen recursos... entonces es fácil ver que no es ni por Petro, ni por Uribe, ni por los ninis, ni es un fenómeno social o político, sino que es algo tan natural en un país como este, en que la sociedad se mueve por estímulos emocionales.
Quienes no tienen con qué viajar o con qué gastar no están en estas filas ni tampoco andan enmaletados caminando por las carreteras rumbo a quien sabe dónde porque el pobre terminará votando por sus verdugos, como es costumbre, por esto el sensacionalismo vende pauta mayoritariamente entre ellos.
De manera que, nada de nervios, pongan hielo en la pensadera y no se dejen arrastras de corrientes maléficas, que esas son las que pretenden manipularlos.
