Los que pusieron el pecho —decían los ‘primera línea’— lo hicieron porque no tenían nada que perder. Si no los mataba el Estado, aseguran, en las comunas los mataba el hambre o el conflicto interno entre las pandillas; de ahí salió el estallido social, un grito comunitario que dijo “no aguantamos más”.
Ocho meses después, 74 padres y madres de familia, tías, tíos o hermanos, de esos jóvenes, crearon un colectivo de familias que perdieron un ser querido en las protestas del estallido social en Cali. Las comunicaciones entre ellos es constante pues son la única red de apoyo que tienen.
Las instituciones poca atención les prestan y de la justicia llevan esperando un reconocimiento que apenas está llegando: hoy la Fiscalía General de la Nación imputó cargos al coronel Édgar Vega Gómez, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cali; al teniente Néstor Mantilla, comandante del grupo GOES; y al patrullero de la Policía Wilson Orlando Esparragoza, todos implicados de alguna forma en la muerte de varios jóvenes durante las protestas sociales que se adelantaron en la ciudad de Cali en 2021.
No solo la fuerza pública está bajo la lupa. La Fiscalía llamó también a imputación a Andrés Escobar, el caleño que disparó en plena protesta en el enfrentamiento del barrio Ciudad Jardín. Escobar apareció en imágenes en redes sociales disparando un arma, que según él era de fogueo. Será procesado junto a otras 16 personas, entre civiles y policías, que estuvieron en el Paro Nacional en Cali, concretamente en el barrio Ciudad Jardín ese fatídico 9 de mayo.
Hace un mes, las familias de las víctimas se pusieron una cita en la plazoleta San Francisco, al frente de la Fiscalía General para hacer un plantón en nombre de sus familiares muertos y asesinados. El 17 de noviembre de 2021, era un día importante para ellos por una audiencia de seguimiento para los casos de 5 caleños que ya no están y cuyas muertes la justicia colombiana tiene pendiente esclarecer: Miguel Ángel Pinto, Heiner Alexander Lasso Chará, Edwin Villa, Harold Rodríguez y Kevin Agudelo. Sus familiares, justo afuera del recinto donde se cumplía el procedimiento judicial, pedían celeridad en los procesos pues todos tienen algo en común: la presunta participación de la fuerza pública en los momentos de sus decesos. Por fin están apareciendo respuestas.
Estas son las 5 víctimas implicadas en los cargos que le están imputando a los 3 integrantes de la policía:
Miguel Ángel Pinto Mona era un vendedor en el centro de Cali. Tenía 23 años y estaba marchando junto a conocidos cuando iniciaron confrontaciones entre manifestantes y el Esmad. Los acompañantes de Pinto aseguraron que estaban enfrentándose a la Fuerza Pública con piedras mientras uniformados respondieron con gases lacrimógenos. En medio del altercado llegaron patrullas de la Policía disparando. Pinto fue impactado por una bala y cayó herido al piso, por lo que varias personas lo trasladaron al Hospital Carlos Carmona, donde falleció, según reportó el medio TuBarco.news en su debido momento.
Kevin Anthony Agudelo era uno de los manifestantes que estaba en la velatón que hicieron en la noche del 3 de mayo en la glorieta de Siloé, Cali. Cerca de las 9:30 de la noche, de acuerdo a personas que se encontraban en el lugar, la fuerza pública llegó y empezó a disparar con armas de fuego contra los manifestantes. Kevin huyó de los disparos y mientras estaba parado frente a una panadería en el sector de Siloé conocido como El Palo, recibió un impacto de bala, según versiones recogidas por el periódico El Tiempo. Personas que estaban en la zona lo llevaron a la Institución Prestadora de Salud (IPS) de Siloé, pero llegó sin vida. Kevin tenía 22 años, estudiaba diseño en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y practicaba fútbol desde los cinco años. Mariana Agudelo, familiar de la víctima, publicó en Twitter: “Hoy mi familia sufre el dolor que deja esta matanza sin sentido, a Kevin Agudelo lo mató el Estado indolente que está masacrando a los jóvenes, la indignación es tanta”.
En el mismo suceso en el que murió Kevin en Siloé, el joven Harold Antonio Rodríguez también perdió la vida en circunstancias similares: recibió un impacto de bala después de la arremetida violenta de la Fuerza Pública al velatón que se desarrollaba en la noche de ese fatídico 3 de mayo de 2021. Rodríguez era también un aficionado del fútbol y hacía parte del Club del Valle, equipo inscrito al Instituto del Deporte del Valle de Cauca-InderValle, institución que se pronunció por su muerte.
Heiner Alexander Lasso Chará era un hombre de 60 años retirado de la Policía Nacional. El 30 de abril, durante las manifestaciones en Cali, en la carrera 29 con calle 41, en el barrio El Diamante, el pensionado se acercó al andén de la cuadra cuando fue impactado por una bala en la cabeza. Einer no hacía parte de la protesta, se encontraba dentro de un Fruver y al escuchar lo que estaba pasando se acercó a ver los acontecimientos. Mientras que Lasso estaba en el suelo, le robaron su billetera y el dinero que tenía dentro, y cuando llegó el cuerpo médico, ya había fallecido.
El 30 de abril, un vecino de Edwin Villa lo invitó a marchar en el barrio El Comercio en Cali en horas de la tarde. Villa aceptó ir con él por las injusticias que se habían estado presentando durante los primeros días del paro, aunque él normalmente no participaba de las protestas. Ese día se dieron rápidamente enfrentamientos entre los protestantes y la fuerza pública. Horas después, en la noche, otro vecino que también se encontraba en las manifestaciones alertó a la familia de Edwin que este había sido trasladado a la clínica Carlos Holmes Trujillo. Cuando sus familiares llegaron allá, un médico les alertó que había recibido un disparo en la cabeza y que sus probabilidades de sobrevivir eran muy bajas. En un último intento por tratar, fue trasladado a la clínica Imbanaco, pero falleció cuando llegó al centro médico. Villa Escobar era un técnico de gases de 39 años que vivía en el barrio El Poblado de Cali. Sus conocidos y familiares lo recuerdan como una persona trabajadora y justa.
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