En el auge de la aviación comercial que vivió Colombia en los años 40, los pilotos extranjeros podían ganar más del triple que aquellos de nacionalidad colombiana en Avianca, a pesar de haber recibido la misma formación de aquellos provenientes, principalmente, de Estados Unidos. Entonces, los aviadores colombianos empezaron a organizarse y formaron la primera coalición sindical sin nombre todavía.
En el año 1943, el Capitán Enrique Concha Venegas fue comisionado por sus compañeros para tratar directamente con el entonces gerente de Avianca, don Martín del Corral. Las condiciones laborales de los pilotos y la nivelación de los salarios con los pilotos extranjeros fue el punto de partida. La consecuencia de lo anterior fue el despido radical de Concha Venegas. Ante la actitud de la empresa, los aviadores se unieron y resolvieron renunciar en bloque, ya que no había opción distinta por no tener sindicato ni derecho a organizar huelgas. Ese fue el primer paro de pilotos registrado en Colombia, que tuvo lugar en noviembre de ese mismo año.
Nuevas conversaciones terminaron con el reintegro del Capitán Concha Venegas y la devolución de las cartas de renuncia del personal que habían presentado. Este sería el primer gran triunfo de los pilotos sindicados frente a las directivas de la aerolínea.
Pero fue solo hasta el año 1949 que el nombre ACDAC nació para quedarse. Bajo la batuta del Capitán Rafael Torres Fernández crearon la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles-ACDAC, la cual recibió la personería jurídica por parte del Ministerio de Justicia ese mismo año. Hoy ACDAC tiene su sede en Bogotá y agrupa a más de 734 aviadores al servicio de 21 empresas en todo el país. Es miembro de la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA) y de la Federación Latinoamericana de Pilotos (FLAP).
ACDAC ha sido la fuerza organizativa que ha logrado paralizar el funcionamiento de Avianca en Colombia y el mundo, librando batallas legales frontales en contra de Avianca. Entre las más recordadas está la de agosto de 2017, cuando por un se inició una huelga por el rechazo de la aerolinea a un pliego de peticiones de 25 puntos que, entre otras cosas, exigía un aumento salarial y dotaciones tecnológicas a los aviadores de la compañía: se dio la cancelación masiva de vuelos que provocó un aumento abrupto de precios, lo cual afectó e indignó a millones de pasajeros colombianos y extranjeros y dejó pérdidas a Avianca de alrededor 2,5 millones de dólares diarios.
Un mes después Avianca se anotó un triunfo sobre ACDAC y que, adicionalmente, volvió a dividir a la opinión pública: la Aerocivil dio luz verde a la contratación de pilotos extranjeros para mitigar el impacto del paro. Además, la aerolínea logró la imputación de cargos contra el capitán Jaime Hernández, presidente de la ACDAC, por pánico económico. Dicho paro terminó el 9 de noviembre de ese año y se convirtió en la segunda huelga con mayor impacto en el sector aeronáutico mundial, después de la de Iberia en España en el año 2012. Al menos 120 aviadores fueron despedidos de Avianca.
Pero ahí no quedaron las cosas y ACDAC mantuvo las conversaciones con las directivas de Avianca, intensificándolas una vez entró el nuevo CEO, el chileno Adrían Nehuaser, quien ha mostrado voluntad e intención de estabilizar las relaciones entre la empresa y el sindicato de pilotos, a pesar de que para él la huelga fue "desmesurada y hay heridas que siguen abiertas". Pero su enfoque ha sido lograr echar para adelante.
Luego de meses de conversaciones con sus pilotos, Avianca acordó reintegrar a cerca de 100 pilotos que dejaron la compañía tras el paro de pilotos de 2017 y retirar los procesos jurídicos y legales en contra de ACDAC y su presidente, Jaime Hernández.
"Los pilotos y la administración de Avianca, divididos por las circunstancias del pasado, se vuelven a unir para mantener a Colombia conectada y abastecida, al tiempo que se busca ayudar a todos los trabajadores de la compañía" anunció Hernández, quien reconoció que las mismas metas, los mismos objetivos y la nueva política, les han permitido trabajar conjuntamente las dificultades planteadas por la pandemia y por la reorganización bajo el Capítulo 11.
Los pilotos que decidan reintegrarse lo harán en las mismas condiciones que fueron pactadas en 2020 para el resto de los aviadores. Asimismo, se ha dispuesto de un programa de entrenamiento robusto en su parte técnica y de factores humanos, que va más allá de lo requerido por la reglamentación aeronáutica pertinente y tiene un fuerte enfoque en ambiente laboral.
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