Ni Luis Miranda ni Luz Towns, dos inmigrantes puertorriqueños que vivían como podían en Nueva York, tenían para entrar a ver los musicales de Broadway. Con su buen humor decidieron algo: el único espectáculo que se permitirían con sus exiguos sueldos era el que les proporcionara su hijo, Lin-Manuel. Eran los ochenta de Reagan y el SIDA, Nueva York era una herida pululante, un grito herido, jeringas usadas en el suelo, crimen rampante. No eran tiempos para ser feliz en un musical y sin embargo el joven Lin-Manuel Miranda era capaz de recrear y adaptar según las posibilidades de un niño de 8 años la coreografía de Thriller. Era tan adelantado a su generación que lo llevaron a estudiar al Hunter College, un colegio para niños superdotados. Era un genio y tenía toda la música en la cabeza. En ese colegio él era el maestro supremo del teatro y la música y ni siquiera tenía 5 años.
En los noventa vivió deslumbrado por Rent y, sobre todo, por su creador, Jonathan Larsson, un newyorkino que siempre soñó con hacer musicales en Broadway pero un aneurisma, justo antes de conseguir el éxito absoluto, lo mató. Esa historia Lin-Manuel la convertiría en película en el 2021 producida por Netflix y protagonizada por Andrew Gardfield llamada Tick-Tick-Boom. Lin-Manuel con Rent en la cabeza y con todas las influencias de las que había vivido en su barrio Washington Heights estrenó en el 2008 el musical In the Heights.
No existe nada que conecte mejor con la audiencia hispana que esta historia de barrio latino en Estados Unidos, un poder único, un ambiente de reggetón y fiesta con la alegría que destila Miranda. Las raíces las lleva bien adentro y no las niega. En Puerto Rico, a pesar de que no nació allá, es considerado uno de los suyos. Es tal la identificación con ese país que reconoce que uno de sus ídolos es Walter Mercado, el famoso astrólogo. Su éxito en Broadway fue adaptado al cine en el 2021 usando a uno de sus actores fetiches, el gran Anthony Ramos. La película no tuvo el éxito esperado en taquilla pero los críticos hicieron lo que suelen hacer con todo lo que haga Lin-Manuel: hincarse de rodillas ante su talento.
Sin embargo el mega éxito vendría con un tema inesperado en un hijo de puertorriqueños: Hamilton. Uno de los precursores de la independencia en Estados Unidos fue la excusa perfecta, el trampolín para lanzarse a la fama que sólo tienen los grandes. Estrenada en el 2015 es considerado el musical más exitoso desde El fantasma de la ópera.
A pesar de su mega éxito Lin-Manuel sigue siendo el mismo, incluso se casó en el 2010 con su compañera del bachillerato Vanessa Nadal con la que tiene dos hijos, Sebastian y Francisco. Con Colombia la conexión se profundizó aún más con el proyecto que su papá impulsó en Disney.
Y es que después de un viaje que realizó Luis Miranda, quien con los años se transformó en un influyente consultor político, en Colombia se empezó a vislumbrar la posibilidad de hacer una película que sintetizara lo que era este país, su realismo mágico, su hermosura. Fue él quien le llevó la idea a su hijo y entonces Lin-Manuel sacó a relucir todo su talento para hacer las más hermosas canciones en Encanto, la nueva joya de Disney.