Como se esperaba en las elecciones presidenciales del país centroamericano, Daniel Ortega, de 76 años, aseguró su victoria al no tener contendores, pues muchos estaban exiliados o en la cárcel. A pesar de la poca participación ciudadana en la jornada de elecciones y un 19 % de apoyo según las encuestas, el candidato sandinista asegura su cuarto mandato a pesar del no reconocimiento internacional.
Según los analistas, no hubo un proceso para elegir candidatos de diferentes partidos, sino que terminó siendo una aprobación o rechazo general de la dupla Ortega-Murillo. Esta farsa de elecciones, según palabras del mismo presidente Joe Biden, se da en un contexto de represión y encarcelamiento a opositores, en el que, en cuatro meses, la Justicia del país centroamericano encarceló a siete precandidatos que eran rivales directos de Ortega.
Solo un 9 % de la sociedad nicaraguense siente simpatía por el hoy presidente elegido para un cuarto mandato.