Desde que Win Sports debutó en la televisión colombiana, se pudo ver de primera mano cómo el periodismo deportivo pasó de informar a simplemente lanzar comentarios llenos de veneno hacia los deportistas de nuestro país, principalmente los futbolistas.
Y es que eso no era un secreto, desde siempre los “periodistas” que se dedican a la opinión han estado ahí. Por eso César Augusto Londoño era tan odiado en los 90 en Medellín, y también por eso Carlos Antonio Vélez ha sido tan detestado siempre. El problema es que ahora tienen un canal donde seguir creyéndose los gurús del deporte nacional.
Es que como si fueran las cabezas de la Federación Colombiana o de la Dimayor. En cada salida al aire empiezan a lanzar dardos y mencionar las decisiones que, según ellos, son las mejores para el fútbol nacional. El problema es cuando no le siguen la cuerda, y desde las entidades del fútbol no hacen lo que ellos quieren.
En ese momento empiezan a despotricar de todo el mundo, sea bueno o malo. Empiezan a culpar a todos, presidentes, técnicos, asesores, y a criticar los procesos que se llevan a cabo en el fútbol nacional, desde la liga hasta la selección.
El ejemplo más claro es el tema James. Cuando Rueda no lo convocaba, salían sus defensores a decir que no podía ser posible una selección sin el “10”, y que así no estuviera al 100% tenía que ser convocado. Y ahora, que lo convocó, el periodista mayor Carlos Antonio Vélez, le parece muy discutible que Rodríguez esté en la lista para los partidos de noviembre. Nadie entiende a los periodistas de Win.
Si la reputación del canal está por el suelo, ni siquiera es porque el fútbol coombiano sea un desastre, siempre hay gente que le gusta ver a su equipo. La reputación del canal está así porque los periodistas, tanto los más “experimentados” como los nuevos, solo sirven para creerse los dueños de todo, y no son capaces de ver de manera objetiva un deporte que es volátil.
Si ellos se siguen sintiendo los dueños del fútbol colombiano, y siguen utilizando a Win como un medio para sacar las frustraciones que tienen contra los dueños del balompié nacional, no demorará en acabarse el canal que “todos queremos”.
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