En su última visita a Barranquilla en septiembre, el senador y candidato presidencial Gustavo Petro no contestó las llamadas ni los mensajes del líder evangélico Alex Saade, con quien semanas atrás había acordado una alianza política de cara al 2022. Este fue el inicio de un altercado que suscitó una precipitada renuncia de Saade al Pacto Histórico, movimiento al que recién se había adscrito como precandidato presidencial.
Sin embargo, un mes después Petro volvió a aparecer para atajar la salida de Saade de su bando político con una invitación a su oficina en Bogotá, en donde se habrían reunido varias horas para limar las asperezas. Petro le pidió volver al Pacto Histórico, logrando evitar la fuga del respaldo en la región Caribe que reposa en Saade, quien es el vocero de varias iglesias evangélicas y quien tiene detrás el apoyo de varios lideres religiosos de Barranquilla y Santa Marta, donde más fieles hay.
La alianza quedó en firme y ahora el propósito será seguir aunando los apoyos religiosos en el Caribe y Saade será el principal puente posibilitador entre Petro y los cientos de pastores comunitarios a quienes buscarán adherir al Pacto Histórico.
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