Cada día es más frecuente escuchar en los noticieros o leer en los periódicos que tal o cual delincuente quedó libre por vencimiento de términos. Es decir, que el merecido juicio y la imposición de la sanción correspondiente no se han podido llevar a cabo y se aplazan hasta nueva orden o hasta que el juez decida, y con ello se corre el riesgo de que opere el fenómeno de la prescripción y todo habría terminado.
¿Pero cual será negocio? Porque el vencimiento de términos opera en favor del criminal, del delincuente, del juez y en contra de la sociedad; en favor del delincuente porque al quedar en libertad continua delinquiendo, disfrutando del producto obtenido con el delito y riéndose de la justicia; para el juez porque él continúa recibiendo su salario, prestaciones y demás gabelas, en tanto que la sociedad sigue aguantando los perjuicios de un delincuente en libertad y el temor de ser otra víctima de la delincuencia.
¿Cuál será el negocio? ¿o será que el vencimiento de términos está sustentado en razones de pesos?