Jackson Martínez, el exdelantero colombiano de 1.85 de estatura con habilidades excepcionales con el balón, el mismo que nos hizo gritar el gol muchas veces, hoy, después de una lesión que lo obligó a dejar las canchas, mete el golazo de su vida al ritmo de la música y en el mejor equipo, en el Dios.
La música góspel le dio una nueva oportunidad al que fue uno de los jugadores mejores pagos de la historia en Colombia y aunque jamás imaginó ser testimonio del amor de Dios, es el mejor ejemplo de cambio y motivación. En Testigo Directo te contamos la verdad del retiro del Chachachá.