Alemania celebró elecciones federales el pasado 26 de septiembre, unos comicios que no son como los anteriores. ¿Por qué razón? Básicamente, al no encontrarse en las listas electorales la que ha sido la jefa del Gobierno alemán durante los últimos 16 años, la democristiana Angela Merkel (CDU, de centroderecha). De los cuatro gobiernos que ha dirigido, tres estaban formados por la llamada "gran coalición" de democristianos (CDU y su partido hermano en Baviera, la CSU) y los socialdemócratas (SPD, de centroizquierda). El gobierno restante, el segundo, eran los liberales del FDP que apoyaron a Merkel. Esto le ha granjeado a la canciller una popularidad que sigue manteniendo dentro y fuera de su país por su capacidad para dirigir gobiernos con distintos socios políticos y por su pragmatismo, adaptándose a las circunstancias de cada momento. ¿Quién tomará el timón del país germánico y se convertirá en el sucesor de Merkel en la Cancillería?
Sin un claro vencedor en las elecciones
El Partido Socialdemócrata (SPD), con el candidato Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas, fue el más votado con el 25,7 %, 5,2 % más que en las últimas elecciones de 2017, convirtiéndose en uno de los grandes vencedores en la noche electoral. El partido ecologista ("los verdes") también es visto como uno de los ganadores; aunque no obtuvo el resultado esperado, mejoró 5,9 % con respecto a 2017 y alcanzó el 14,8 % de los votos, el tercer partido más votado. Esto no quita para que este partido se convierta, junto con el Partido Liberal (FDP), en la llave del próximo gobierno, al requerir tanto SPD como CDU/CSU el apoyo de otros dos partidos para llegar a la mayoría absoluta. El gran perdedor de las elecciones fue, sin duda, la CDU/CSU, con 8,9 % de votos menos que en 2017, hundiéndose hasta el 24,1 % y cayendo al segundo lugar. Claramente, este partido acusó la ausencia de la popular Merkel como candidata, sin la cual han obtenido los peores resultados del partido en la historia del país desde la postguerra. A pesar de ello, su actual líder, Armin Laschet, no deja de sostener que intentará una coalición con las mismas formaciones con las que Scholz pretende gobernar: verdes y liberales. A pesar de ello, no cesan las críticas desde su propio partido por los malos resultados, que han llegado hasta el punto de expresar el mismo Laschet que estaría dispuesto a dimitir en caso necesario.
¿Quién formará el nuevo Gobierno?
Por primera vez en la historia de Alemania a nivel federal, lo más probable es que se forme una coalición con tres formaciones políticas, entre los que ecologistas y liberales (terceros y cuartos más votados, respectivamente) son quienes tienen todas las papeletas de formar parte del Gobierno y de escoger a quién encumbrar en la Cancillería: Olaf Scholz o Armin Laschet. Las negociaciones a tres bandas no serán ni cortas y ni fáciles, por la divergencia ideológica y de contenido de sus programas. Grosso modo, y atendiendo a la historia de las coaliciones de Gobierno, los liberales tienden a pactar más fácilmente con democristianos, mientras que los verdes suelen entenderse mejor con socialdemócratas. En este sentido, tanto Scholz como la candidata de los verdes, Annalena Baerbock, afirmaron públicamente que les gustaría formar una coalición juntos. Para ello, es necesario un tercer socio, que podrían ser los liberales (con mayor probabilidad) o bien el partido La Izquierda (extrema izquierda), con menor probabilidad.
No obstante, también salen los números para una coalición de CDU/CSU con liberales y verdes, pero estos dos últimos ya han comenzado a negociar con los socialdemócratas y, en caso de que las discusiones no lleven a buen puerto, cabría la posibilidad de empezar conversaciones con los democristianos de Laschet.
Una nueva "gran coalición", aunque conseguiría la mayoría, no se contempla por la experiencia de haber gobernando tres de los cuatro gobiernos de Merkel y por las críticas públicas que conllevaría. Es más, tanto el socialdemócrata Scholz como la ecologista Baerbock han afirmado que quieren ver a la CDU/CSU en la oposición, una muestra más de que la llamada "coalición semáforo", por los colores de las formaciones políticas que lo integrarían (socialdemócratas, liberales y verdes), es la más probable para que tome las riendas de la primera potencia de la Unión Europea.
La Unión Europea se encuentra en un momento clave: gestionar la Europa pospandemia. Esto significa emprender los próximos pasos del fondo de recuperación que se está concediendo a los Estados Miembros, así como definir las políticas fiscales de la Unión Europea. De ahí que el próximo gobierno alemán no solo será el responsable del destino de este país, sino que tendrá, igualmente, mucho que decir en la definición y en la configuración de la Europa de los próximos años.