Hasta 2005, los presidentes colombianos se transportaban en el histórico Fokker F-28 adquirido por Misael Pastrana a unos empresarios chilenos en 1971. Cada presidente que llegaba se encargaba de su reparación y actualización. Tras varias cancelaciones de viajes por desperfectos técnicos de la aeronave y el ruido que hacía cuando estaba en el aire fue apodada “la cafetera”. Apodo que aún mantiene.
La Cafetera transportó al entonces papa Juan Pablo II en su primera visita a Colombia en el año 86. Desde entonces quedó estampado el escudo del Vaticano en la aeronave que sigue vigente y activo.
En 2005 el presidente Álvaro Uribe pasó un susto en un viaje a Neiva cuando se presentó un problema con el tren de aterrizaje de La Cafetera, lo que forzó al piloto presidencial a bajar a tierra de emergencia. Este hecho ambientó en el congreso la adquisición de un nuevo avión para el presidente colombiano. Uribe, amigo de la austeridad, aceptó adquirir un segundazo.
El nuevo FAC 0001, modelo 1999, fue comprado a un jeque árabe que poco lo utilizó durante los 6 años que lo tuvo parado en su propio hangar. El avión solo registró 22 horas de vuelo en el momento que fue adquirido por el gobierno colombiano. Costó US $29 millones y se le invirtieron otros US $11 millones en su adecuación interna, con lo cual la inversión total fue de US $40 millones. El Presidente lo estrenó en enero de 2006.
Uribe utilizó el FAC 0001 como ningún otro presidente porque viajaba permanentemente a las regiones, muchas veces a dos y tres lugares en el mismo día. Solo en las pocas regiones donde el Boeing 737 no podía aterrizar, el expresidente se transportaba en "la cafetera" o de la capital al municipio directamente en helicóptero.
El FAC 0001 en su interior luce una decoración sobria. La aeronave está dividida en tres secciones. La primera es el salón VIP o sala de juntas, que tiene una capacidad para ocho personas. Allí los ocupantes cuentan con comunicaciones telefónicas, conexión a Internet y fax satelital. Enseguida se encuentra la habitación presidencial, dotada de una cama sencilla, escritorio, sillón y baño privado, que excepcionalmente usan los presidentes, solo para viajes internacionales o momentos de descanso.
La segunda sección está constituida por una sala para 16 personas que podría asemejarse a la primera clase de la aviación comercial. Y el tercer cuerpo cuenta con espacio para 30 personas. Finalmente, en la parte trasera está ubicada la cocina y 2 baños. El avión además posee contramedidas bengalas para evitar ataques terroristas desde lugares cerca de la pista de aterrizaje. Muchas de las características de seguridad del FAC 0001 se consideran información clasificada por razones de seguridad.
Una vez adquirido el nuevo FAC 0001, “la cafetera” quedó para el uso de la vicepresidencia. Sin embargo, este era usado más por las primeras damas, quienes desde 1994, no tienen ningún cargo ni rol oficial por decisión de la Corte Constitucional. Fue en esta aeronave que María Juliana Ruiz viajó al eje cafetero para celebrar el cumpleaños de su hijo en Panaca, con varias amigas y sus hijos a bordo. El mismo que en febrero de 2020 fue centro de escándalo por viajar Cartagena-Bogotá-Cartagena para que la primera dama se cambiara de vestimenta para una cena de gala posterior al Hay Festival en la Heroica.
Aunque la Cafetera es para uso de la vicepresidencia, el avión favorito de Marta Lucia Ramírez es el FAC 1215, un lujoso Embraer Legacy Citation 600 construido en Brasil que compró el gobierno Santos por cerca de US $27 millones en 2012. Tiene capacidad para veinte personas y era también el preferido de la excanciller María Ángela Holguín y la exprimera dama María Clemencia Rodríguez que poco encanto le encontraba a “la cafetera” a la hora de desplazarse por el país y visitar programas apoyados por ella.
Para algunos viajes de ministros, la Casa de Nariño dispone de un cuarto avión mucho más modesto. Se trata de un Cessna 550 Citation II, denominado como FAC 1211 y es uno de los más antiguos de la flota pues fue adquirido por el gobierno de Virgilio Barco en 1988 por un valor cercano a los US$8 millones.
El más grande de los aviones presidenciales colombianos es “Júpiter”, un gran Boeing 767 con capacidad para hasta 210 personas que le costó al pasado gobierno un valor parecido al del principal avión presidencial, unos US $40 millones. Se adquirió en 2013 pensando en un óptimo reemplazo para “Zeus”, el Boeing 707 que fue retirado ese mismo año después de 35 años de servicio. Este es un avión carguero que está al servicio de la presidencia para situaciones extremas que lo ameriten como catástrofes naturales o destinos muy lejanos.
En este avión se desplazó la comitiva de Santos a Mocoa cuando se desbordaron los 3 principales ríos aledaños en el año 2017 y también cuando fue a Oslo a recibir el premio nobel en el 2016. Hasta ahora, Duque lo ha utilizado para giras en Europa y Estados Unidos. Además, fue el escogido por el presidente para evacuar a los 14 colombianos que vivían en Wuhan cuando empezó la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.
El escuadrón aéreo presidencial se completa con un helicóptero Sikorsky UH-60 y un Black Hawk, siendo este último el mismo que fue blanco de ataque de las disidencias de las FARC en la última visita del presidente Duque a la región del Catatumbo. Estos helicópteros están repartidos en puntos estratégicos de Cundinamarca y Antioquia pues se utilizan para entrar a zonas del país en las que es imposible acceder en avión e incluso para desplazamientos cortos del presidente en Bogotá para evitar los trancones. Pero quien más los utiliza es el Ministro de Defensa, Diego Molano.
Con al menos tres pólizas de seguro de un helicóptero presidencial accidentado en 2019, un Bell 412 con matrícula FAC-0006, el presidente Iván Duque compró uno completamente nuevo y más avanzado: se trata de un moderno AW139 fabricado por la marca italo-británica Leonardo y cuyo costo en el año 2011 rondaba los 12 millones de dólares. El FAC-0006, el mismo que transportó al Papa Francisco durante su visita a Colombia en el 2017, se accidentó en octubre del 2019 en el municipio de Albán, Cundinamarca, dejando seis uniformados fallecidos.
Estos aviones, según el excomandante de la Fuerza Aérea, General Guillermo León, no están asignados para el uso de un funcionario en específico. El alto funcionario hace el requerimiento y la oficina de operaciones de la FAC designa la aeronave. Son utilizados por los ministros, el vicepresidente y el jefe de Estado. Militares con funciones de inteligencia, también pueden utilizarlos eventualmente, aunque en la mayoría de los casos se desplazan en alguno de los cerca de 300 aviones y helicópteros de combate que también tiene la Fuerza Aérea.
Así pues, estas 7 aeronaves componen el Escuadrón de Transporte Especial de la Fuerza Aérea VIP con el que cuenta el alto gobierno en cabeza del Presidente. Todos estos forman parte del Grupo de Vuelos Especiales No. 82, integrado al Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) con sede en la base aérea ubicada en el aeropuerto El Dorado en Bogotá, en donde el mandatario cuenta con unas instalaciones para pernoctar con varios de sus funcionarios, realizar juntas ministeriales, un bunker anti nuclear con capacidad de hasta 50 personas y una pista de despegue con permanente prioridad para su agenda.
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