Hace 18 años, cada vez que quería escuchar radio y sentirme bien ponía la 102.9 y ahí estaba Tropicana con buena salsa y merengue. Escuchaba una canción tras otra y no me despegaba. Entonces pasó que más o menos para esa época estaba entrando al país un género que para mí es de las peores invenciones que se haya creado en la música latina. Sí, ustedes saben que me refiero al reguetón; ese género entraba de la mano de una emisora también legendaria en Colombia, Rumba, que para ese momento estaba pasando por horas bajas en nivel de audiencia y que no tenía cómo competir con la reina de las emisoras, que era Tropicana.
J. Fernando Quintero, un locutor de larga trayectoria y que era el responsable de el éxito que había logrado Tropicana en el país, ahora estaba en Rumba desesperado buscando la manera de sacar a la pobre emisora del precipicio en el que se encontraba. Se le ocurre entonces la idea de poner reguetón día y noche, esto haría que Rumba desbancara a Tropicana del primer lugar, que ostentó durante más de seis años.
En retrospectiva y a título personal, hubiese preferido que a J. Fernando lo hubiesen despedido y que Rumba se hubiese acabado en esa época, pero no pasó, y el reguetón, con sus letras absurdas y degradantes, se tomó el país. Cayó como anillo al dedo en una generación que quizás ya se había cansado de la salsa y el merengue o que era demasiado joven para respetar un género legendario y de tanta historia. Al ver este escenario, Tropicana y sus directivos entraron en pánico y decidieron que había que incluir al reguetón, un género que nada tenía que ver con lo tropical y que no gustó para nada a sus fieles oyentes de toda la vida, entre ellos yo.
Rápidamente, muchos empezaron a abandonar esta emisora y a buscar otras que tuvieran que ver con el gusto salsero, como por ejemplo Olímpica o Candela, que en esa época no habían introducido esa música popular que hoy también manda la parada en el país. La primera ola del reguetón comenzó a decaer, y así mismo el éxito temporal que Rumba había tenido con el nuevo género urbano se acabó. A la vez Tropicana se empezó a hundir poco a poco con su mala decisión; para buscar desesperadamente todo tipo de audiencia empiezan a incluir todo tipo de género que estuviera en moda, como el tropipop, que había desplazado el género urbano momentáneamente del gusto de los jóvenes. Este género no era del todo malo, pero iba más de la mano de emisoras como la Mega o los 40 Principales.
El resultado fue que la emisora empezó a ir cada vez más en picada. Ya para 2009 y 2010 los directivos de Caracol reaccionan y entienden el error que habían cometido, reintregando la salsa y el merengue (pero no con la misma fuerza y confianza del pasado) como géneros principales. No obstante, ya era muy tarde, y emisoras como Olímpica y Radio Uno se habían tomado los primeros lugares. Tropicana, al no ver la respuesta que esperaba, empieza a incluir en su programación vallenato y en algunas ciudades sigue con el reguetón. Ya para 2020 y después de tantos fracasos y malos resultados introducen el género popular, convirtiéndose entonces en otra Radio Uno.
Actualmente, Tropicana no se encuentra ni en top 10 del gusto oyente en ninguna ciudad, con excepción de Cali, donde volvió a ser número 1 por volver a sus raíces y promocionar con fuerza el género de la salsa; deben escucharla, es muy buena esta Tropicana caleña. Hace dos días puse la emisora en la señal de Bogotá para recordar los buenos tiempos con J. Quintero, Kike Sánchez y Paola Varela, locutores de primera categoría, y lo que me encontré fue a un tal Chancho y a un tal Jovanotti poniendo rock en español. ¿Tropicana, rock en español?, pensé. Al rato la volví a poner y estaba sonando una balada. Fue entonces cuando le di la cruz final a esta emisora que muy probablemente sufrirá el destino de Rumba, que ya está desaparecida en todo el país, con excepción de la costa caribe.
Cuando algo va bien no se necesita hacerle cambios absurdos solo por la avaricia de querer más o por miedo a una competencia que a la final y con el tiempo se hundió peor que Tropicana. ¿Por qué entonces su fiel fanaticada la abandona y hace tan poco por volver a recuperarla?