La cacareada reforma del departamento administrativo de presidencia que promete un ahorro de $ 2000 millones -elimina 33 cargos pero 28 nuevos- terminó premiando a dos altos funcionarios que estuvieron detrás de esta: la jefe de gabinete, María Paula Correa y el propio Director del Dapre, Víctor Muñoz. Ellos dos concentrarán muchas de las funciones de algunas viejas consejerías y tendrán más personal a su mando. Correa tendrá nueve funciones adicionales y Muñoz diez.
Aunque a María Paula Correa, la dejaron sin su asesor y secretario ejecutivo, le adhirieron el manejo de la Casa Militar, la jefatura de la protección presidencial y discursos, cinco consejerías: niñez, adolescencia, juventud, comunicaciones, prensa y regiones más la Oficina para la Integración Socioeconómica de la Población Migrante. Anteriormente, la alta consejera era manejada por la exministra de las TIC, Karen Abudinen.
Por su parte, Víctor Muñoz aterrizó como consejero de innovación del presidente por recomendación de María Paula Correa quien además es su amiga desde el colegio. Muñoz venía de ser gerente en Carvajal en proyectos de call centers y tecnología. En poco tiempo, Muñoz fue nombrado director del Dapre y pasó con Correa a ser los que le hablan al oído a Duque sin importar el tema. A Muñoz solo le eliminaron de su equipo a dos secretarios y un auxiliar administrativo. Sin embargo, el presidente le delegó más funciones que a la misma jefe de gabinete.
Muñoz deberá supervisar la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y seis consejerías: la de derechos humanos y asuntos internacionales, gestión pública, transformación digital, seguridad nacional, participación de las personas con discapacidad. Además, de la subdirección general y órganos de asesoría y coordinación. El dueto actúa no solo como escudero sino como el super poder en la Casa de Nariño.
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