4 de julio de 2014. Estadio Castelão de Fortaleza entre lágrimas por una dolorosa eliminación; un jugador se convertía en ídolo nacional para Colombia. Colombia llegaba, por primera vez en su historia, a cuartos de final, lo más lejos que había podido llegar un seleccionado nacional después de 16 años sin disputar la gran fiesta mundial del fútbol.
Desde ahí todo se ponía en color de rosa para un jugador que hasta ese entonces había pasado casi desapercibido por la opinión nacional e internacional, pues para ese entonces el protagonismo lo tenía Radamel Falcao, quien fue marginado del Mundial por una lesión. Casi un mes después, después de muchos vaivenes, se daba una noticia que emocionaba a toda Colombia: James era nuevo jugador del Real Madrid, y no solo era nuevo jugador, sino que también llevaría el dorsal que solo estaba reservado a jugadores de élite y leyendas como Luís Figo, Clarence Seedorf, Fernando Hierro o Michael Laudrup.
La número 10 la temporada 2014-15 no pudo ser mejor para la nueva gran adquisición del Madrid: 17 goles y 18 asistencias, lo cual hacía imaginar a un futuro gran ídolo para el Real y hacía que cada partido del Real fuera un gran acontecimiento en Colombia. James tenía un lugar de titular en una plantilla mundial y además de eso, el respaldo casi que paternal de un entrenador como Carletto Ancelotti, que se convertiría en un aliado para James en lo futbolístico.
Lamentablemente, la temporada del Madrid, por más brillo que James hubiese tenido, terminó con cero títulos, y eso en un club como el merengue es inadmisible. De inmediato se dio la destitución de Ancelotti, pero igual parecía que James ya estaba consolidado o quizás eso pasó por la cabeza de muchos periodistas, hinchas y tal vez el mismo James. Para la nueva temporada 2015-16 llegaba un nuevo timonel, uno con el cual la decadencia de James comenzaría sin que ninguno de nosotros lo imagináramos.
Y llegó a las manos de Rafa Benítez, técnico de trayectoria mejor conocido por sus éxitos a comienzos del milenio como campeón con el Valencia de la liga 2003 o campeón de Champions con el Liverpool en 2005, un técnico de reconocido pragmatismo en lo futbolístico, de mucho sacrificio y poco lujo o belleza, pero al final con trayectoria. Quizás esa disciplina del entrenador madrileño se hacía incómoda para un jugador que ya en ese entonces empezaba a disfrutar de la Madrid nocturna y del lujo que su reciente gran estatus le daba.
Aun así la temporada de James no comenzaba nada mal; buenas victorias del Madrid, comenzado la liga con participación e incluso golazo del 10 hacían prometedora la temporada. Fue entonces cuando las cosas se empiezan a torcer, con un llamado a la selección nacional que empezaba un nuevo ciclo después del Mundial de Brasil. Hubo amistoso con Perú el 8 de septiembre de 2015, en el cual James, como era lógico, era convocado, pero el técnico Benítez no estaba de acuerdo y advertía que no toleraría una lesión en un partido innecesario, cosa que sucedió casi como una consecuencia de su desobediencia. Para el timonel del Madrid las cosas comenzaron a cambiar drásticamente de ahí en adelante.
Esta historia continuará...