La tensión que tiene al borde de la ruptura a la Alianza Verde, con los vientos cruzados del sector afín al Pacto Histórico y el cercano a la Coalición de la Esperanza, también tiene su expresión particular entre las dos principales tendencias que se disputan el control del partido en Antioquia, un departamento clave en la balanza electoral y donde los verdes esperan consolidar su tendencia al alza (es la colectividad que registra el mayor crecimiento electoral desde 2015) y ampliar su cantidad de escaños en la Cámara de Representantes (actualmente solo tiene una curul).
En contraste con lo que viene pasando en el ámbito nacional, en Antioquia, el sector afín al Pacto Histórico, orientado por el congresista León Fredy Muñoz y punta de lanza de la candidatura de Camilo Romero, ostenta una posición dominante dentro del partido Verde versus las tendencias de un Nuevo Aire y un Nuevo Horizonte, grupos liderados por el concejal Daniel Duque y el diputado Camilo Calle.
Por un lado, el representante León Fredy Muñoz, apoyado en cierta visibilidad nacional y en una amalgama de fórmulas en varios departamentos, buscará dar el salto al Senado; y por el otro, el sector de un Nuevo Aire intentará ocupar un escaño en la Cámara en cabeza de Daniel Carvalho, actual concejal de Medellín y antiguo aliado del exalcalde Federico Gutiérrez.
El representante León Freddy tiene la particularidad de ser un dirigente con un perfil híbrido; es decir, conserva una doble condición: es un político de estructura y de opinión. Su llegada a la Cámara en 2018 obedeció a un manejo equilibrado entre esos dos factores de poder. Una apuesta por la opinión apalancada en su recordada oposición al clan de los Suárez Mira y una articulación coordinada de las estructuras locales y subregionales del Verde. Así, se alzó con 33.606 votos y con la única curul antioqueña de los verdes en la Cámara; también obtuvo el capital político suficiente para asumir un control más estricto en las instancias internas de decisión del partido.
De cara a 2022 y con la intención de saltar al Senado, el representante echará nuevamente mano de esa doble condición. De ahí que en las últimas semanas haya redoblado su estrategia de posicionamiento, algo que ya había intentado con fallidos referendos y debates de control político sin mayor alcance; sin embargo, con su activo rol en la moción de censura que a la postre tumbó a la ministra Karen Abudinen, encontró un potente leitmotiv. Esa constante figuración mediática constituye su principal activo de opinión, a lo que se agrega su “colección de fórmulas”, pues a seis meses de las elecciones el representante afirma tener cuatro fórmulas solo en Antioquia.
El primer confirmado fue Elkin Ospina, excongresista y exalcalde de La Ceja. Ospina es administrador público con especialización en gestión pública y es muy reconocido en el oriente antioqueño. En las elecciones de 2010 sacó 20.820 votos y llegó a la Cámara avalado por el Partido de la U. Su aterrizaje en el Verde respondió tanto a una cuestión de pragmatismo como al estancamiento del Partido de la U. Se asume como un candidato sólido porque ya tiene experiencia en elecciones legislativas, cuenta con estructura propia (con concejales y alcaldes) y se mueve bajo las lógicas de la política tradicional.
A Ospina le sigue Walter Salas y Alejandro Saldarriaga. Fórmulas confirmadas de León Freddy. El primero es un abogado oriundo del Urabá, y el segundo, un politólogo cercano al alcalde Daniel Quintero. Ambos no tienen mayor reconocimiento o experiencia electoral. El otro posible aspirante es el diputado Rogelio Zapata, un político tradicional con arraigo en el municipio de Itagüí y que en 2019 se convirtió en la primera votación del Verde en la Asamblea con 26.672 votos.
Con dos fórmulas confirmadas, y con la posibilidad de agrandar la colección (Ospina y Zapata aún no confirman quien será su candidato al Senado), el representante León Freddy espera alcanzar 50.000 votos en Antioquia y ajustar la curul cosechando 20.000 en otros departamentos. Sin duda, es un reto mayúsculo y en el cual debe combinar su capital de opinión, la capacidad electoral de sus eventuales fórmulas y el manejo burocrático que ostenta en la alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.
Mientras las fuerzas del fajardismo antioqueño convergen en las corrientes de un Nuevo Horizonte y un Nuevo Aire. El último es un grupo creado a finales de 2017 para impulsar la aspiración a la Cámara del entonces líder estudiantil Daniel Duque quien en fórmula con Angélica Lozano e impulsado en una potente campaña de opinión, se alzó con 22.695 votos y por poco se mete en la cifra repartidora (solo en Medellín sacó 13.827 votos). En 2019 Duque se lanzó al Concejo de Medellín y llegó como la primera votación del Verde.
A partir de ese momento Daniel Duque viene librando un mediático pulso con León Freddy por el control de las instancias de dirección al interior del partido.
De cara a 2022, con Duque en el Concejo y Camilo Calle en la Asamblea, al fajardismo no le quedó de otra y reclutó en sus toldas al concejal Daniel Carvalho, antiguo aliado de Federico Gutiérrez y opositor acérrimo a Quintero. Carvalho será la ficha del fajardismo a la Cámara y todavía no es claro con quien hará fórmula al Senado, aunque seguro será con un candidato externo, posiblemente un bogotano, Angélica Lozano o Ariel Ávila.
Inicialmente, dirimir el futuro del partido en la contienda presidencial, pues si la Alianza Verde aterriza en propiedad en la Coalición de la Esperanza y se descarta de tajo su adhesión al Pacto Histórico (como pretende León Freddy), se le abre la posibilidad de conformar listas en coalición; es decir, un listado que integre candidatos del Verde, Dignidad, el Nuevo Liberalismo y la ASI. Con la ventaja de potenciar en términos electorales la lista y la desventaja de volver más competitiva la otorgación de avales, ya que solo son 18 renglones por Antioquia y la mitad deben ser mujeres.
Así la cosas, esta solo es una visión panorámica y preliminar del Verde de cara a su próxima carrera electoral. Por el momento hay más preguntas que certezas, pero sí va quedando en el aire el alcance del capítulo local de aquella tensión que tiene al partido al borde de la ruptura. Con la confrontación entre el sector más afín al Pacto Histórico y el enclave fajardista. En 2022 se volverán a enfrentarse en un segundo round en el que tienen tanto que perder como mucho que ganar.
*Con información de: ¿Cómo se va moviendo el partido Verde en Antioquia?