El nombramiento de Jennifer Arias como presidenta de la Cámara de Representantes causó muchas preocupaciones dentro del Congreso. Había temor de que la joven congresista del Centro Democrático no permitiera el debate y le cerrara el micrófono a la oposición. El debate a la moción de censura de la ministra Karen Abudinen el pasado viernes mostró su cara como una presidente rígida y grosera para dominar el debate.
Estas mismas críticas estallaron el pasado martes en la discusión de la reforma tributaria, cuando Arias rechazó una propuesta para aplazar el debate de una ley que había sido pasada la noche anterior para el estudio de los congresistas. Esto motivó que la oposición se levantara en pleno, dando paso para que la aplanadora de Duque aprobara sin problemas la ley.