Pena mulata es el título de la pieza musical que inaugura la primera milonga candombe, y a pesar del ritmo alegre de la composición, ella entona a quien la escucha en el “dolor de milonga”, verso atinado del letrista Homero Manzi para la música de Sebastián Piana. Pues bien, este nuevo género de la milonga que algunos consideran “el eslabón perdido” está emparentado muy de cerca con los tambores de los candombes que de una vez nos devuelven a la inmensa población africana que fue traída a los puertos del Río de la Plata obligada y esclavizada.
Es pues importante contar la génesis de la milonga candombe cuando viene a este momento la nota que contara Sebastián Piana: “Yo tenía una composición que necesitaba palabras con sonido onomatopéyico y le pedí a Homero Manzi una letra que sonara más o menos así: milonga, bumba, tonga, repeticiones de los versos del candombe en una forma tamborilera y con aire carnavalero”(1), con todo esto, Piana y Manzi alumbraron a Pena mulata en 1940. Dejo rodar unos versos:
“Pena mulata
que se desata
bajo la bata
de broderí.
Dolor de milonga
que apenas prolonga
con queja tristonga
la noche de abril (...)”
En las páginas de la milonga candombe hacen presencia otras dos piezas de las que quiero dejar un comentario, porque las mujeres venidas de los países africanos fueron invisibles en las letras de los tangos. Sin embargo, la formación musical del candombe y La milonga candombe redimieron la presencia de estas mujeres. La coreografía del candombe tiene a la “Mamá vieja”, que es la figura ancestral femenina y representa a la reina de la nación. Como había dicho, hay otras milongas en las que Homero Manzi repite su inspiración, son ellas Oro y plata, de 1943, con música de Charlo, y Negra María, esta vez el compositor es Lucio Demare.
Así, Negra María, de 1943, fue galardonada con voces importantes e internacionales, al ser interpretada por María Dolores Pradera, Chavela Vargas y la prestante figura de Susana Rinaldi, solo por nombrar algunas. Dejo rodar estas bellas rimas:
“Bruna, bruna
nació María
y está en la cuna.
Nació de día,
tendrá fortuna.
Bordará la madre
su vestido largo.
Y entrará a la fiesta
con un traje blanco
y será la reina
cuando María
cumpla quince años (...)”
Es preciso declarar que los precursores de la milonga candombe, Manzi y Piana, fueron fecundos en este género que tiene ese sabor carnavalero, pensemos ahora como si fuera una paradoja que esta innovación guarda una expresión mixta que tiene la alegría de la lonja de los tambores y la tristeza de la queja, un regocijo triste, y no es para menos el sentimiento de un grupo humano oprimido. Habíamos comenzado con el verso “dolor de milonga”, que se cristaliza en el final de esta poesía de Manzi.
“Tu madre murió de amores,
alma blanca y piel carbón.
Mulata, fueron sus labios
el rencor de un cuarteador.
Tu padre murió a la sombra
por vengar esa traición.
Mulata, nació tu estrella
en un cielo de crespón (...)”
Con un homenaje aplazado a estos dos creadores, despido la nota con las palabras justas del poeta Horacio Ferrer sobre Sebastián Piana. “Con Manzi, particularmente, logró él lo que hasta entonces parecía imposible, encontrarle un rumbo diferente a un viejo género: la milonga”.
(1) Historia del tango y la milonga
