Fue en la universidad de San Diego donde Alejandro Gaviria y Tatiana Urrea, dos jóvenes paisas veinteañeros, se conocieron en 1993. Gaviria había viajado con la beca Lauchlin Currie para estudiar un doctorado en Economía y ella era estudiante de negocio internacionales.
Pronto se casaron por lo civil y, cuando fue trasladado a Washington para trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo, en 1996, nació Mariana. Cuatro años después estarían de regreso en Colombia y Alejandro asumiría su primer rol en la vida pública: subjefe del Departamento Administrativo de Planeación con Santiago Montenegro como jefe. El primer gobierno del también paisa, Álvaro Uribe apenas arrancaba.
En Planeación trabajaba también la joven economista Uniandina Carolina Soto, doce años menor que él; era subdirectora de Programación y Seguimiento Presupuestal. El trabajo diario los acercó, después llegaría el amor, el divorcio de Tatiana Urrea y en el 2004 el matrimonio con quien lleva ya 17 años juntos. Su hijo Tomás, tiene doce años.
Mariana Gaviria, con 25 años, vive en Nueva York dedicada a la literatura, un gusto heredado de su papá, a quien cita y recuerda cada vez que puede en su blog que abrió en 2005, y luego en su cuenta de Twitter, de la que ha borrado los posts antiguos: “Mi papá se llama Alejandro Gaviria Uribe, da clases en la Universidad de los Andes. Estudió economía en la Universidad de California e hizo un PhD. Mi mamá también estudio en la Universidad de California. Hoy en día trabaja en Bayern Consumer. Ahora ellos están separados y mi papá viviendo en Bogotá, y mi mamá en México.”
Alejandro recién había renunciado a Planeación Nacional y había empezado la docencia en la Universidad de los Andes que lo llevaría a la rectoría hace dos años.
Tatiana Urrea tiene una vasta experiencia en farmacéuticas y ha trabajado para Bayern durante 13 años. En México se desempeñó en control de alimentos animales y también estuvo un tiempo considerable en Perú. Actualmente, Urrea trabaja en Bristol Myers Squibb.