¨Siempre hay quien sabe lo que hay que hacer,
que aprendió todo en los libros, pero que nunca saltó sin red.¨
Andrés Molina y Víctor Manuel, Canción Yo también nací en el 53
Caminar en domingo, en un país con estaciones, bajo un hermoso sol de verano por un parque de una gran ciudad, es toda una experiencia. Atestado de gente. Artistas, familias disfrutando paseo de campo, vendedores, estudiantes tomando el sol, lectores solitarios, barqueros improvisados, deportistas, réplicas de góndolas venecianas, turistas con sus cámaras tratando de llevar a casa el instante que ya habrá dejado de ser... Lo de siempre en esos parques, en esas épocas.
Encontrar de repente una mujer sentada en una banca, cartón en mano: ¨Se dan consejos por veinticinco centavos¨, es insólito. Como quien ofrece paletas, ella vendía — y barato— sabiduría al instante. Todos hemos conocido a alguien que cree saberlo todo, que tiene respuestas para todas las preguntas, que anda por la vida dando instrucciones y consejos no pedidos. Pero ella, discreta, solo los ofrece a quien quiera pagarlos.
Yo, preguntona que soy, quise acercarme y hacer trato con ella. Pero, ¿qué preguntarle? Venían tantas cosas a mi cabeza, empezando por la duda de, ¿cómo alguien puede saber lo que le conviene a uno, distinto de uno mismo? Puesta en la tarea de imaginar consejos que podrían pedir los paseantes a la pintoresca señora, escribí algunos posibles:
— Mi hijo nunca ha leído un libro en su vida. ¿Se los pongo en bajada?
— Los mandamientos dicen "No matarás". ¿Y si mi capitán me da la orden?
— Todos deseamos ser felices. ¿Cómo podemos lograrlo?
— ¿Cómo evitar la competencia imperfecta de los mercados?
— ¿Debo creer en un dios? ¿En cuál me aconseja usted?
— Mi esposo me pega, pero yo lo amo. ¿Debo seguir con él?
— Si quiero tener un millón de amigos, ¿debo abrir una cuenta en Facebook?
— ¿Es buena idea casarse?
— Mis padres me dicen que me vaya de la casa porque ya estoy mayor. ¿Tengo que obedecerlos? ¿O son ellos los que tienen que irse?
— ¿Qué recomienda para mejorar la democracia?
— Si el alma está dentro del cuerpo, ¿usted cree que debo engordar para tener un alma grande?
— Si la economía de China se está desacelerando, ¿cree usted que debo esperar a que se vuelva a acelerar para hacer inversiones?
— Dicen que uno debe conocerse a sí mismo. ¿Por dónde empiezo?
— Si hay otra vida después de esta, ¿los animales y todo lo que conocemos también van para allá?
— ¿Tiene sentido la vida? ¿Dónde debo buscarlo?
— Dicen que el corazón es el órgano del amor. Me lo tienen que transplantar. ¿Dejaré de querer a mi familia? ¿Qué me aconseja?
— Yo les pido a mis hijos que no estén en la calle a altas horas de la noche. ¿Me dice qué horas son esas y si son las adecuadas?
— Si hay un más allá, ¿dónde debo pararme para saber dónde queda?
— Tengo un hijo varón. ¿Sigo los consejos nutricionales de Natalia París?
— Cuando los fondos de inversión se desestabilizan, ¿es apropiado llevarlos a cuidados intensivos?
— Antes era feliz. Ahora no sé. ¿Me recomienda tomar las ¨pastillas de la felicidad¨?
— Mi profesor dice que divago mucho. ¿Cree usted que debo comprar un hilo conductor?
— Cuando a los congresistas se les acaba el periodo, ¿les da menopausia?
— ¿Cómo saber cuándo están normales los mercados?
— Si los hombres son todos iguales, ¿vale la pena esperar al ïndicado¨?
— ¿Cómo hacer que un paso en falso sea verdadero?
— Según las creencias, el alma es privilegio de los seres humanos. ¿Llevo mi perro a Bancolombia para que le ponga el alma?
— Si pensar es existir y yo quiero morir, ¿debo dejar de pensar?
— Para encontrarme a mí misma, ¿en qué lugar me recomienda buscar?
— ¿Cuál especialista me recomienda para curarme de un dolor en el alma?
— ¿Cómo hago para saber que si sé?
— Llevo una vida buena, pero no sé si lo suficiente. ¿Me lo puede decir usted?
— ¿Cómo saber qué es un ¨hecho histórico¨?
— Tengo un gato. ¿Me puede decir cómo hago para saber cuántas vidas le quedan?
— Si el tiempo se pasa volando, ¿qué hago para alcanzarlo?
— Me corté las venas. ¿Debería habérmelas dejado largas?
— Si el crecimiento económico es menor de lo esperado, ¿cree usted que es mejor esperar menos de lo publicitado?
— Ya no amo a mi esposa. ¿Cómo hago para volver a enamorarme de ella?
— Ya fui al Medio Oriente. ¿Me dice a dónde viajo para ir al otro medio?
— Cuando estoy solo no dejo de pensar. ¿Cómo callo mi mente?
— Mi psiquiatra me cobra $200 por consulta. ¿Mejor vengo donde usted cada semana?
Si en la meca del ¨capitalismo salvaje¨ alguien vende sabiduría por 25 centavos y logra enriquecer una vida, la humanidad tiene, de pronto, alguna esperanza. Digo yo.
