Colombia, un país minero pero ilegal

Colombia, un país minero pero ilegal

Por lo menos el 69% de la explotación que se hace en el país no pasa por ningún control y se ha convertido en el motor de la guerra en algunas regiones como el Chocó

Colombia, un país minero pero ilegal

La producción de oro en Colombia durante el 2020 fue de 47,6 toneladas. Según cifras oficiales de la Agencia Nacional de Minería (ANM), el país produjo un 29,9 % más que en el 2019 y esto debido al repunte del precio internacional de este metal, que en su pico más alto alcanzó los 2063 dólares por onza.

Sin embargo, la forma en que se ha extraído ese oro prende las alarmas en el país, ya que el informe ‘Explotación de oro de aluvión. Evidencias a partir de percepción remota 2020’ —elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés), con apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Colombia y el Ministerio de Minas y Energía— revela que el 69 % del oro explotado en tierra, sin tener en cuenta el extraído de minas subterráneas, es de origen ilícito.

El año pasado se encontraron evidencias de explotación de oro de aluvión (EVOA) en 100 752 hectáreas, de las cuales cerca de 70 000 hectáreas están en zonas de restricción ambiental o pertenecen a extracciones que no cuentan con los permisos técnicos y ambientales para operar. “La explotación ilícita de minerales es una situación que preocupa a muchos países porque tiene nexos con el crimen organizado transnacional, con la afectación al medioambiente, la corrupción y otros delitos asociados”, asegura Pierre Lapaque, representante de UNODC en Colombia.

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Para Lapaque, esto es un gran reto en el que no solo debe trabajar el Ministerio de Minas y Energía y los entes de seguridad, sino un trabajo interinstitucional que llegue a los territorios y se articule con las autoridades locales para entender la relación de este fenómeno con las necesidades de las poblaciones.

El informe muestra que, para 2020, las evidencias de explotación de oro de aluvión (EVOA) en Colombia aumentaron un 3 % con respecto al 2019. Los análisis incluyeron todas aquellas zonas donde hay una huella detectable a través de imágenes satelitales de alta resolución, es decir, donde hay una evidente pérdida de capa vegetal, se observan lagunas de beneficio y el afloramiento de suelos desnudos.

En 12 de los 32 departamentos del país se detectó EVOA en tierra y Antioquia (40 890 hectáreas) y Chocó (36 552 hectáreas) son los departamentos más críticos pues concentran el 77 % de la explotación aurífera identificada. “98 municipios presentan EVOA en tierra y 10 concentran el 53 % del total: Zaragoza y Nechí [en el departamento de Antioquia] y Nóvita [en Chocó] encabezan los municipios con 22 190 hectáreas, que representan el 22 % del total nacional”, dice el reporte.

El análisis también permite clasificar las zonas afectadas por explotación de oro de aluvión en cuatro grupos. El primero incluye las áreas estables, es decir, que se detectaron en 2019 y se mantuvieron activas en 2020; en esta categoría están 87 385 hectáreas (78 %). El segundo abarca las áreas en expansión —que no existían en 2019 pero se han desarrollado en zonas contiguas a explotaciones más antiguas—; allí se detectaron 9943 hectáreas (9 %).

El tercer grupo es el de las áreas nuevas, focos que apenas están iniciando y a diferencia de las áreas en expansión —que también son nuevas— no están ligadas a zonas antiguas de explotación; en esta categoría se detectaron 3424 hectáreas (3 %).

Finalmente, están las áreas con indicios de pastos y herbazales, los primeros estadios de la sucesión o regeneración natural; se trata de 10 642 hectáreas (10 %) que se están dejando de explotar. Sin embargo, Sandra Rodríguez, líder del Área de Procesamiento Digital de Imágenes Satelitales de la UNODC, asegura que esto no necesariamente indica que se llegará a la recuperación de las coberturas vegetales originalmente afectadas pues eso depende, entre otras razones, de la intensidad de la actividad minera en esas zonas.

Uno de los datos más duros del informe es que el 69 % de la actividad minera detectada con imágenes satelitales y herramientas de percepción remota es ilícita. Solo 24 % de las EVOA de 2020 tienen permisos técnicos y/o ambientales, mientras que “el 7 % están en tránsito a la legalidad, es decir, aún no tiene los permisos técnicos y ambientales pero están en proceso de obtenerlos”, comenta Rodríguez y agrega que “prácticamente la mitad de las EVOA detectadas en Antioquia son ilícitas mientras que en Chocó es el 82 %”.

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Los datos preocupantes del reporte no terminan ahí pues también se comprobó que el 52 % de las EVOA (52 263 hectáreas) están en zonas de protección ambiental como reservas forestales, parques nacionales o sitios Ramsar. “Colombia es reconocida como uno de los países más ricos en biodiversidad y condenamos la destrucción sistemática de zonas de gran valor ambiental por cuenta de las organizaciones al margen de la ley que, además de todo esto, generan violencia y pobreza”, asegura Philip Goldberg, embajador de Estados Unidos en Colombia.

También llama la atención que a pesar de que el 48 % restante de las EVOA se encuentran en territorios donde es posible realizar explotación minera, cerca de 28 000 hectáreas han sido utilizadas de manera ilícita pues no tenían títulos mineros vigentes.

Tal como ocurrió en 2019, el Parque Nacional Natural Farallones de Cali y la Reserva Nacional Natural Puinawai fueron las áreas protegidas más afectadas por la minería ilegal de oro de aluvión, “esta última con un incremento de 22 hectáreas”, comenta el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.

Los datos recopilados por este reporte anual indican que Colombia perdió 5763 hectáreas de coberturas vegetales de alto valor ambiental y que la explotación de oro de aluvión viene acompañada, en muchos casos, de otras actividades. Por ejemplo, en el 41 % de los territorios con EVOA en tierra también se identificaron cultivos de coca. “En estas zonas, el área sembrada con coca alcanzó 10 780 hectáreas […] Los territorios que presentan los dos fenómenos de ilegalidad [minería y coca] se caracterizan por ser zonas vulnerables con condiciones de pobreza, marginalidad y difícil acceso”, dice el informe.

“La institucionalidad debe fortalecerse en estas zonas y la comunidad necesita encontrar alternativas para avanzar hacia el desarrollo en el marco de la seguridad, la legalidad y la paz”, afirma Pierre Lapaque.

Si la explotación de oro de aluvión en tierra ya es preocupante, lo que sucede en el agua es bastante grave pues, según el informe, toda explotación minera en ríos es ilícita. Las EVOA en agua son más difíciles de identificar y hace varios años representaron uno de los retos metodológicos más grandes para el Ministerio de Minas, la UNODC y la embajada de Estados Unidos. Las imágenes satelitales mostraban balsas y dragas pero tuvieron que desarrollar una aproximación basada en percepción remota con herramientas más especializadas pues esta explotación no deja una huella evidente como ocurre en tierra.

En el 2020 se analizaron 10 ríos de la Amazonía y la Orinoquía (Putumayo, Caquetá, Apaporis, Amazonas, Atabapo, Cotuhé, Yarí, Guainía, Puré e Inírida) donde se comprobó —en todos con excepción de Amazonas y Puré— rastros de minería. Los departamentos más afectados por esta actividad en los ríos fueron Amazonas, Caquetá, Cauca, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés.

En el río Caquetá se presentó el mayor número de alertas y los departamentos de Putumayo, Caquetá, Cauca y Guainía reportaron explotación de oro de aluvión tanto en agua como en tierra.

La información del reporte anual de EVOA en Colombia ha permitido que la Fuerza Pública realice operativos de control. Según Álvaro Chaves Guzmán, director de Seguridad Pública e Infraestructura del Ministerio de Defensa, durante el 2020 y lo corrido de 2021, se han identificado cerca de 970 puntos de extracción ilícita de oro en la modalidad de aluvión, con especial atención en el sur de Bolívar, Amazonas, Putumayo, Caquetá, Guainía, la frontera con Venezuela, en el río Atrato, en el departamento de Chocó y en la cuenca baja del río Cauca, en el departamento de Antioquia.

Datos oficiales de este Ministerio dan cuenta de 422 operativos, 2376 minas intervenidas, la captura de 715 personas, la destrucción de 141 máquinas pesadas y 265 dragas, la incautación de 73 máquinas pesadas, 107 dragas y de 1588 elementos para la extracción ilegal de oro, entre ellos motobombas, motores y volquetas, “así como 16,33 kilos de oro, 205 kilos de mercurio que contaminan de manera permanente nuestros ríos, y 27 401 galones de combustible”.

El embajador Goldberg dice que el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a promover la coordinación interinstitucional “para llevar desarrollo y presencia institucional a las comunidades” y ayudar a formalizar los procesos donde sí es posible el desarrollo de una actividad minera lícita.

Por su parte, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, asegura que Colombia tuvo un incremento del 3 % en el EVOA comparado con 2019 y aunque ese crecimiento es muy inferior al que tuvo la producción total de oro en el país, le preocupan bastante la reserva Puinawai y el Parque Farallones. Es por eso que destaca el trabajo que vienen haciendo con el Ministerio de Ambiente para fortalecer el control de la explotación ilícita de minerales, “lo cual incluye la ley de delitos ambientales que está próxima a aprobación presidencial y donde se aumentan las sanciones punitivas de esta explotación en áreas protegidas”.

 

*Este texto fue publicado originalmente el 2 agosto 2021 con el título Colombia: el 52 % de la explotación de oro de aluvión se da en áreas naturales protegidas

 

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