Vuelven las eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022 y Colombia tiene 9 puntos en juego (Bolivia, Paraguay, Chile) que James Rodríguez verá, de nuevo, desde su casa. No obstante, el jugador —otra vez afuera del llamado de Reinaldo Rueda para estas jornadas clasificatorias— parece salir poco a poco del extravío en que está desde que no fue convocado para la Copa América, en junio de este año.
En ese momento, al no ser tenido en cuenta argumentó: “Yo no lo comparto porque me faltaron al respeto. Otra cosa es que él [el técnico Rueda] me diga: ‘yo no cuento contigo porque no me gustas como jugador’, y ahí yo cierro el culo y me voy”. Declaraciones destempladas que no se corresponden con un capitán de selección nacional y que otros jugadores no llamados para esta jornada de septiembre han venido replicando, como pésimo antecedente.
Hace pocos días, desde su habituales transmisiones para compartir con sus seguidores, en una especie de pedida de perdón James salió a desmentir que tenga algo contra el equipo técnico de la selección; remarcó su compromiso y deseó suerte a sus compañeros que se juegan 9 puntos clave para la cita mundialista del próximo año. ¿Será que bastarán estos golpes de pecho para convencer a Rueda, cuando los números, el rendimiento del seleccionado y el ambiente interno del grupo dan señales de poder prescindir de su presencia?
Hasta la prensa mundial se hace eco de que el jugador del Everton inglés es apenas la sombra de la figura rutilante que marcó el (elegido como) mejor gol del Mundial de Brasil 2014 y cuya participación en el certamen lo llevó como figura indiscutible a ser parte del Real Madrid.
Recordemos que luego de su paso por el equipo merengue, James pasó al Bayern Munich y de ahí dio el salto al fútbol inglés. En estos días, luego de su paso sin pena ni gloria por el Everton, se especula con su inevitable salida hacia nuevos destinos, y se habla de que el Porto será su nueva casa. Ni tan nueva (en caso de concretarse), pues Rodríguez ya estuvo allí entre 2010 y 2013. En todo caso, para un jugador con ese crecimiento profesional que tuvo, esto podría suponer un retroceso, teniendo en cuenta su edad (30 años) y que ya no parece imprescindible, como alguna vez lo fue en el combinado tricolor.
¿Será que estamos asistiendo al declive futbolístico del último 10 de la selección? ¿Se concretará la operación que lo lleve de nuevo al fútbol portugués y en esa liga (más humilde) sentará cabeza para pedir espacio en la selección por méritos deportivos?
Si nos atenemos a los últimos hechos, parece que James entendió lo que tenía que entender; ojalá no sea tarde para dejar tanta sobrexposición en redes sociales y aproveche las últimas oportunidades que el fútbol le ofrece, incluida la selección Colombia, en la que jugaría, según dice, “así fuera cojo”.